CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Después de la transición empresarial que sufrió Gorditas Doña Tota desde enero de 2014, sus guisos no cambiaron, pero sí el ‘sazón administrativo’ que afectó a empleados del negocio a quienes se les recortaron prestaciones, entre ellos bonos, permisos y apoyo para el transporte.
Las Gorditas Doña Tota es una franquicia de comida que inició en 1952 por Carlota Murillo; entre sus comensales había destacados artistas, políticos y ciudadanos que diariamente acudían a consumir sus afamadas gorditas con guisos de salsa verde, frijoles con queso, el chicharrón crujiente y las conocidas a nivel nacional e internacional de revoltijo.
En un recorrido por negocios que ahora administra el Grupo FEMSA, las trabajadoras de Gorditas Doña Tota expresaron su inconformidad con las nuevas reglas que se fijaron después de la venta de la franquicia a la empresa de grupo FEMSA.
“Con los antiguos dueños, los trabajadores contábamos con bonos de 200 pesos, pero con la llegada de la nueva administración se retiró el bono”, narra una de las empleadas.
En enero de 2014, la franquicia fue vendida al grupo FEMSA en una transacción que se estimó en 120 millones de dólares de acuerdo a Carlos González Tabares, director de Análisis y Estrategia Bursátil de Monex.
Reseñan empleadas que contaban con un bono de 20 pesos para transporte, además tenían tolerancia de llegada, en caso que se presentara algún inconveniente, lo cual se eliminó.
Esto contrasta con la bonanza de los dueños del negocio luego que la división de comercio de FEMSA tuvo un crecimiento en ingresos de un 31%.
Otro de los problemas que enfrentan las trabajadoras, es la falta de permisos para atender cuestiones de índole familiar, ya que en caso de no poder acudir a trabajar un día les piden la renuncia. Por ello solicitaron el apoyo a la autoridad competente para que se les dé un trato justo.
