CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Desde enero de 2011 el poder adquisitivo de los tamaulipecos ha perdido hasta una cuarta parte, debido a los aumentos de víveres, servicios y transporte, lo que ha aumentado el número de personas que viven con alguna carencia y lo que incrementó los problemas en los núcleos familiares como violencia, depresión y nerviosismo en menores de edad.
Actualmente del 70 por ciento de los tamaulipecos no pueden adquirir mensualmente todos los productos de la canasta básica alimentaria y de la no alimentaria, según se desprende del estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, que sitúa el costo en ambos grupos de productos en dos mil 732 pesos mensuales por persona.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) 2014 que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) la familia promedio tamaulipeca está conformada por 3.5 persona.
En enero de 2011 una canasta básica familiar mensual costaba en este municipio capital de Tamaulipas, siete mil 646 pesos, para junio de este año el costo promedio es de nueve mil 542 pesos, para un núcleo familiar promedio de 3.5 personas.
Comparado en días de salario mínimo, en junio de 2010 requerían 130 días de salario para adquirir una canasta básica familiar completa, mientras que ahora se necesitan 140 días de salario mínimo, por lo que una persona que gane menos de cinco salarios mínimos no puede mantener un hora promedio de tres personas y media.
Esto se debe a que desde enero de 2011 a la fecha el salario mínimo creció 7.60 por ciento y la canasta básica total el 24.35 por ciento, es decir, tres veces más que el minisalario.
En cuanto al salario de los trabajadores que cotizan en el IMS o salario promedio de cotización, de enero de 2011 a junio pasado se incrementó y un 19 por ciento, lo que significa que los sueldos en los llamados trabajos formales, se redujeron cinco puntos por debajo del crecimiento de los precios de la canasta básica urbana completa.
En su último informe del organismo oficial para evaluar la política social, el Coneval, afirma que en la entidad el valor del salario promedio, tanto el de los trabajadores que cotizan en el IMSS como en los que trabajan en la informalidad, ha caído un 30 por ciento contra la canasta básica.
Debido a ello el número de tamaulipecos que tienen alguna carencia aumentó en 29 mil individuos, aunque porcentualmente tuvo una leve baja y ahora son un millón 330 mil las personas consideradas pobres, lo que es igual al 38 por ciento del total de habitantes en la entidad, estimada en tres millones 543 mil pobladores por el Consejo Nacional de Población.
De acuerdo con el Coneval los municipios más pobres de la entidad son Aldama, Antiguo Morelos, Bustamante, Jaumave, Mainero, Miquihuana, San Nicolás y Tula, en los cuales casi el 90 por ciento de la población no llega a la línea de bienestar o el ingreso mínimo necesario para no tener carencias.
En diciembre de 2010, según Coneval, el ingreso mínimo o línea de bienestar por persona para poder adquirir una canasta básica alimentaria y no alimentaria urbana, era de dos mil 185 pesos mensuales por persona, mientras que el salario mínimo era de mil 722 pesos diarios para la capital de esta entidad.
Para junio pasado la línea de bienestar por persona para poder adquirir ambas canastas era de dos mil 595 pesos mensuales, mientras que el salario mínimo era de dos mil 48 pesos, con el último incremento en abril, según el Coneval, aunque este cálculo falla debido a que estiman en cinco pesos el pasaje urbano de pasajeros y no en los ocho que cuesta desde 2012.
Según Coneval Tamaulipas se ubica entre las entidades que bajaron pobreza extrema y porcentaje de pobreza, pues éste creció por debajo del aumento de la población, pero en número de personas, hay más pobres.
Los problemas económicos a los que se ha sumado la inseguridad pública en los últimos años, redunda en que en Tamaulipas el 46 por ciento de los menores de siete años manifiesta haber sentido preocupación y nerviosismo y siete de cada 10 personas tienen temor a ser víctimas de un delito.