EL MANTE, Tamaulipas.- Alrededor de 150 adolescentes de El Mante, se han estrenado como mamás en el 2015 siendo una cifra prácticamente igual a la que se presentó en 2014, por lo que se considera que el fenómeno no disminuye.
El jefe del departamento de Salud Reproductiva de la jurisdicción sanitaria número seis, Gabriel Alvarado Quintero, dijo que a la fecha, de las 26 clínicas que atiende la Secretaría de Salud en El Mante, se tiene un registro de unas 800 mujeres embarazadas, alrededor de 133 por mes, tomando en cuenta que la cifra corresponde al primer semestre del año.
De estas, cerca del 20 por ciento son mujeres que no rebasan los 17 años de edad y en menor medida, que cuentan apenas con 13 o 14 años, lo que hace a sus embarazos de riesgo e implica un problema social fuerte.
«Estamos hablando de unos 150 embarazos en adolescentes, la mayoría son niños cuidando a otro niño, la problemática es compleja, muchas son madres solteras que tampoco cuentan con el apoyo de sus familias, entonces es algo que se convierte en una situación difícil para quien atraviesa por ella», dijo.
Agregó que a diferencia de otros años, ahora un 80 por ciento de estas adolescentes aceptan un método anticonceptivo tras haberse convertido en madres y eso evita, que en lo sucesivo existan mujeres de 18 años con hasta tres hijos.
«Anteriormente eran más embarazos porque las adolescentes no aceptaban ningún método, ahora casi todas salen con un método temporal que antes rechazaban, incluso el tiempo de uso de este método se incrementa y se les busca hasta sus domicilios para promover la anticoncepción», añadió.
Alvarado Quintero, dijo que para los meses de septiembre y octubre, siempre hay un «pico» ascendente en los casos de adolescentes embarazadas de acuerdo a la estadística, por lo que en este segundo semestre del año la cifra podría duplicarse o crecer aún más.
Explicó que una de las implicaciones sociales más fuertes de los embarazos, es que a veces las menores no tienen los medios económicos para enfrentarlos y los padres de sus hijos muchas veces ni siquiera tienen un trabajo definido.
«Esto es de alguna forma el problema social más grave, los papás de estos menores son quienes terminan sacando adelante a los nuevos integrantes de la familia, pero afortunadamente y aunque en muy poco, parece que los embarazos comienzan a disminuir», detalló.




