1.- Ahora que el “Chapo” Guzmán y los personajes de la delincuencia son noticia diaria y relevante en los medios de comunicación, y que la nota roja se ha disparado en importancia, parece oportuno recordar algunos episodios de la vida delictiva del célebre hampón tamaulipeco, Santiago Reyes Quezada, alias el “Jimmy” o el “Capitán Fantasma”.
2.- Fue precisamente el día 27 de febrero de 1956, cuando ocurrió la captura en Tamaulipas de Reyes Quezada, quien fue apresado después de robar una joyería, y cuando se paseaba tranquilamente por las calles principales de Ciudad Victoria.
3.- Por instrucciones del gobernador Horacio Terán, el “Capitán Fantasma”, fue recluido en la cárcel del penal de Andonegui de Tampico. Reclamado por policías de ocho estados y prófugo de cuatro prisiones, Reyes Quezada era famoso por sus fugas de las cárceles en que había sido confinado.
4.- Algunos amigos del gobernador Horacio Terán le informaron que Reyes Quezada trabajaba admirablemente la ebanistería, y lo convencieron de que le fabricara una cantina de madera para que apreciara su excelente artesanía. De esa manera fue como se le proveyó al “Capitán Fantasma” de las finas maderas que solicitó, y de otras hasta importadas de Canadá.
5.- En septiembre de 1956 se puso a trabajar en la cantina encomendada por el Gobernador, y para el mes de octubre el mueble estaba concluido y listo para ser entregado. El Gobernador acudió a la prisión de Andonegui para comprobar si el citado presidiario manejaba las maderas con la habilidad que le habían comentado, y quedó muy satisfecho cuando vio el mueble que le había encargado.
6.- “¡Pero si es preciosa…!, dijo el Gobernador al contemplar la cantina de 1.40m de alto por 1.5 metros de largo. Las relucientes maderas semejaban espejos, dos compartimientos en la parte delantera con dos puertas enchapadas, ruedas anchas de fierro, con sus balines cromados, en color café vivo y su barra vistosa y muy cómoda.
7.- Nadie lo hubiera hecho mejor. ¿Cuánto le debo? Preguntó el Gobernador al reclamarlo. Nada señor Gobernador, nada, por supuesto. Más bien me gustaría hablar con usted un minuto a solas. Sabe, tengo un pequeño problema familiar y deseo su orientación y ayuda.
8.- El Gobernador Terán accedió y se encerró en un cubículo con el homicida. Reyes le platicó compungido que estaba muy enfermo de tuberculosis, diabetes y otras graves enfermedades, y que de seguir sin tratamiento moriría en menos de dos años. En su estilo enredoso de hablar, le pidió ayuda para escapar de la prisión.
9.- ¿Pero cómo se atreve a pedirme que lo ayude a escapar?. Imposible; imagine el predicamento en que me metería -le contestó muy disgustado el Gobernador.- No se preocupe, Sr. Gobernador, yo me encargo de que nunca se llegue a saber que usted me ayudó. Lo único que le pido es que no se lleve ahora la cantina, que vengan por ella en la tarde.- Bueno, en eso no hay inconveniente,- le contestó el Gobernador.- ¡Gracias, señor Gobernador, muchas gracias, respondió el hampón.
10.- Aquel 14 de noviembre de 1956, a las 18 horas, el Gobernador envió a cuatro empleados a recoger su flamante cantina, llevando una pequeña camioneta para realizar el traslado.- “Salen cuatro con una cantina para el señor Gobernador”, grita el jefe de custodios en la puerta del penal autorizando la maniobra. Los cargadores traspusieron la última puerta del penal, subieron el mueble al vehículo con las precauciones de rigor y la unidad comenzó a rodar. Casualmente la camioneta se aproximó a la central camionera, cerca de la cual los empleados bajaron a tomar un refresco.
11.- Casi inmediatamente, un hombre enjuto, sudando de nervios abrió la puertecilla del mueble y discretamente descendió del vehículo. Enfiló directamente a la taquilla y compró un boleto con destino a la ciudad de Guanajuato. El hampón exhaló un suspiro profundo al percibir nuevamente el aire de la libertad.
12.- El escándalo en la cárcel de Andonegui y en toda la región huasteca fue general, cuando se conoció la evasión del truculento “Capitán Fantasma”. Provocó los más diversos e irónicos comentarios, la mayoría opinaba que el gobernador Horacio Terán había contribuido al citado escape, ya que conocía los antecedentes del mencionado “Capitán”. El gobernador Terán, por su parte, negó las imputaciones, aunque aceptó que el fugitivo le había construido una cantina, la que él había pagado y sin que hubiera otro tipo de arreglo al respecto.
13.- La noticia resonó por todo el país durante varios días, y muy pronto se supo que el “Capitán Fantasma” había escapado de la cárcel de Andonegui, siguiendo su viejo método de esconderse en los muebles que fabricaba. De esa manera, Santiago Reyes Quezada se apuntó una fuga más en su largo récord de escapatorias, aquel 14 de noviembre de 1956.