Personaje de hablar pausado y carácter tranquilo, alejado del protagonismo y de los arrancones emocionales, el alcalde victorense prepara lo que se considera su mayor acción estratégica, de cara a la sucesión gubernamental: la llegada a la titularidad de la Delegación federal de SEDESOL en Tamaulipas, actualmente bajo el interinato de Lourdes Flores Montemayor.
Después de un periodo considerable, caracterizado por el hermetismo y el forcejeo de los grupos tamaulipecos, en pos de lo que se conoce como el brazo social del Presidente de la república, parece que finalmente ya existe un ganador: el equipo de Etienne, se sabe, prepara ya las maletas y el terreno de lo que será el empujón definitivo rumbo al proyecto de la primera esquina tamaulipeca.
De llegar Etienne a la SEDESOL federal, desde el centro estarían enviando ya claras señales de que ese es el gallo que van a poner a jugar a escasos tres meses de que formalmente dé inicio el hándicap sucesorio en la entidad. En substitución del alcalde, en las formas, le sucedería su suplente, el doctor Daniel Durán Perales.
Pero mi apuesta es a favor del primer regidor José Eugenio Benavides Benavides, de facto, el verdadero hombre fuerte del gabinete capitalino, algo así como el número dos del palacio municipal. No sabemos si Etienne dejaría en el diecisiete a su operador de política social, Mario Arizpe o se lo llevaría consigo a su nuevo encargo. Es más viable lo segundo.
Debemos aclarar lo siguiente: si Alejandro Etienne llega a la oficina que antes ocupó Edgar Melhem Salinas, eso no quiere decir que automáticamente sería el candidato del PRI a la gubernatura. Lo que sí sería cierto es que lo estarían poniendo a jugar en una cancha estatal, con miras a evaluar su crecimiento político. Pero, de entrada, esa sería la apuesta. Recuérdese que entre los destapes sucesorios de las entidades federativas en este 2015, gran parte de ellos fueron los jefes de las administraciones locales en las capitales.
El plan B de Egidio podría ser Ramiro Ramos Salinas o bien el vivillo de Edgar Melhem, cuya habilidad política y audacia jamás han estado en duda. La prueba es que en su momento buscó sembrar de espectaculares el estado. El gran Melhem es fiera, solo requiere que le den permiso y se les escapa. Por otro lado, obviamente que la caballada de los padrinos del altiplano está más viva que nunca. Ahí siguen, con los reflectores encima, Paloma, Balta y Guevara.
A manera de comentario concluyente, evocamos los tiempos en que Cavazos Lerma llegó a Tamaulipas como coordinador de los comités de SEDESOL en la entidad. Carlos Salinas lo puso a jugar casi desde la mitad del sexenio americanista. Así de aplastante era el salinato. Hoy las cosas se cocinan bajo otro manto, pero en esencia sigue vigente el poder de la presidencia de la república. Y en el caso de Etienne, de ahí vendrían las indicaciones para su nuevo encargo.
PEÑA NIETO NO QUISO ENFRENTARSE AL “TIGRE”
“Madero ha soltado al tigre, veremos si puedo controlarlo”, frase que se adjudica al dictador Porfirio Díaz Mori, al estallar la revolución. Díaz hacía referencia al pueblo en armas. En el caso del Presidente Enrique Peña Nieto, solo se trataba de 50 mil aficionados que estarían en las gradas del nuevo estadio de Monterrey. Dicen que el Presidente declinó una primera invitación para inaugurar el estadio lleno, y a cambio solicitó y por supuesto que le fue concedida una inauguración light, con apenas unas doscientas personas, entre ellos ejecutivos empresariales e invitados. Para no variar, se le olvidó el nombre de un directivo del grupo FEMSA. Pero eso fue pecata minuta, en comparación con lo que hubiese sido su asistencia a un estadio lleno.
Uno de los Presidentes que fueron cogidos por el “toro” de las masas en el estadio Azteca, fue Miguel de la Madrid, quien recibió una lluvia de improperios, a raíz de sus garrafales errores durante el terremoto de 1985. En ese sentido, Peña Nieto no quiso sufrir su “San Fermín” en la capital regia, y optó por llevársela suavecita. El payaso tenebroso de El Mañanero le tupió duro y bonito. Por cierto, sigo observando con asombro que al Presidente lo traen de encargo en los medios, y darle duro se ha convertido en un deporte nacional. Es cuestión de ver los principales diarios del país.
NO HAY TIEMPO PARA BAJAR EL RITMO: TORRES SALINAS
El alcalde de Tampico, Gustavo Torres Salinas, dijo que no hay tiempo para bajar el ritmo de trabajo ni para asumir actitudes negligentes. Así lo expresó ante su equipo de colaboradores, a los cuales invitó a redoblar el esfuerzo del servicio público.
POSDATA: Si de los dos Alejandros, hiciéramos uno solo, sería invencible.




