Dicen que no hay mal que dure 100 años y gente que los aguante, pero en el caso de Matamoros parece que basto poco menos de dos años para que las cosas comenzaran a tener a evidenciarse diferencia entre los regidores y la administración municipal.
Lo especial de este asunto es que estas se presentan entre los regidores panistas y el gobierno del mismo signo, quienes se quejan de que no les dan la información suficiente sobre los asuntos que les competen y además que el trabajo que ellos hacen es menospreciado por los funcionarios, lo que los ha obligado, dicen ellos, a manifestar sus posiciones abiertamente con el fin de llamar la atención de quien dirige los destinos del gobierno municipal.
Llevar al pleno del Cabildo asuntos que son una «papa caliente» para la administración, como lo es el asunto del Laguito y el programa de Importación de Autos Usados que se impulso, sin que haya mediado alguna concertación previa para atender dichos problemas que incluso ya son añejos para esta administración, es una evidencia de que existe oídos sordos a las solicitudes de los ediles, confirmando lo dicho por los propios promotores de la revuelta «azul» dentro del órgano colegiado.
Pero se acuerdo a nuestro criterio, este asunto va más allá pues cuando vemos que hay una inasistencia de siete regidores; el voto en contra de cinco aliados de la administración y que dos más de la oposición se abstienen, quiere decir que en esa sesión se tomaron decisiones fundamentales para el gobierno municipal, superando apenas el escaso porcentaje en el quórum del 50% más uno, es un indicio inequívoco de la falta de comunicación entre el Cabildo y el poder ejecutivo municipal.
Lo pero es que ya hubo una sesión de cabildo citada donde el vacío que hicieron los regidores obligó a la administración municipal a cambiar el carácter de la misma transformándola en reunión informativa pública.
No sabemos que el operador político de la alcaldesa en esa instancia (si es que lo hay) es el que esta fallando, pero lo cierto es que las manifestaciones políticas de los ediles habla de poca comunicación y nulo dialogo que permita el cumplimiento de la labor que tienen dentro del órgano colegiado, al menos de eso se quejan.
Algunos ha desestimado este tipo de manifestaciones y señalan que todo ese movimiento de rebeldía tiene un fuerte contenido político electoral, pues se ha reproducido dentro del Cabildo la división interna que tiene el PAN a nivel local, lo cual se traduce en este tipo de manifestaciones.
Este factor indudablemente ya esta jugando dentro de la vida interna del Ayuntamiento de Matamoros, pero ha tenido la forma de expandirse por los errores de trato a los regidores, quienes cabe acotarlo, son parte de un órgano de gobierno que regula el accionar de todos los funcionarios que dependen de la propia administración y están obligados a ser atendidos e informados de todos las políticas públicas que se implementan.
Esto quiérase o no, habla de la poco oficio político de quien dirige el gobierno municipal, incluso para con sus aliados, pues si algo se debe garantizar es la estabilidad, el equilibrio para que logre la gobernabilidad, siempre bajo la óptica de escuchar para razonar las decisiones en conjunto para lograr consensos y permita fortalecer y legitimar la propia acción gubernamental.
«Como líder debes tener la habilidad de asimilar información nueva y entender que puede haber un punto de vista diferente”, decía Madeleine Albright, primera Secretaria de Estado en Estados Unicos en la época de Clinton (1997-201) y como tal este, a nuestro modesto juicio es el elementos que hace falta dentro de la administración municipal para tener una mayor capacidad de gobernabilidad… bueno… eso decimos nosotros… pero usted ¿Cómo ve?
La ojeadita…
Y el Hospital General de Matamoros inicia su construcción el 10 de agosto según Secretaria de Salud del Estado… ¿Verdad o ficción?…
