Mc ALLEN, Texas.-Cientos de niños nacidos en territorio texano carecen de un Certificado de Nacimiento porque el Estado, -pasando por encima de la propia Constitución Política de los Estados Unidos de Norteamérica-, se ha empeñado en negárselos manifestando así una de las formas más graves de discriminación vistas en la historia de este país.
“Ni en las horas más obscuras de discriminación de Texas, los oficiales han negado Certificados de Nacimiento a niños de inmigrantes hispanos”, dice James Harrington, director del Proyecto de Derechos Civiles de Texas. “Todos los nacidos en los Estados Unidos gozan de todos los derechos de ciudadanía”, agregó.
La excepción, evidente en los hechos, esTexas.
Desde hace años, el Estado empezó a negar los Certificados a los bebés nacidos especialmente de madres mexicanas o centroamericanas que radican sin documentos migratorios en los Estados Unidos, pretextando que carecían de ciertos documentos al solicitar los certificados.
Existen dos formas de identificación para los padres al momento de requerir el Certificado de Nacimiento de sus hijos, la primaria y secundaria. La primera se refiere a documentos como Ciudadanía, Residente Legal, Documento de Autorización para Trabajar.
La secundaria incluye otro tipo de documentos. Los abogados dicen que los pasaportes son reconocidos internacionalmente como una identificación de gobierno para documentos de la más alta formalidad, sin embargo, aunque algunos padres los han presentado, no ha sido suficiente para que les den los documentos a sus hijos.
Tampoco las Matrículas Consulares han sido aceptadas como un documento válido para este tipo de trámite, a pesar de que en un tiempo sí lo fueron.
Desde Brownsville a El Paso, la situación es la misma: niños sin patria.
Por eso, a finales de mayo pasado, cuatro madres mexicanas y sus bebés norteamericanos iniciaron una demanda federal en contra del Departamento de Salud y Servicios Sociales de Texas. Para
julio, el número de quejas por la negativa estatal subió, al igual que los demandantes.
La demanda fue puesta en la Corte Federal de Austin en contra del Departamento de Salud de Texas y de la Unidad de Estadísticas Vitales y contra sus directivos, Kirk Cole y Geraldine Harris, respectivamente.
Los niños mencionados en la demanda nacieron en Texas y son hijos de padres indocumentados.
Sus padres pidieron los certificados de nacimiento de sus bebés a la oficina de Estadísticas Vitales y presentaron los documentos del hospital sobre los nacimientos de sus bebés y sus tarjetas de Seguro Social.
Mostraron sus documentos de identidad, pasaportes e identificación consular, sin embargo, por no tener pruebas de ser ciudadanos americanos o de su estatus legal, se les negaron los certificados de nacimiento de sus propios hijos.
La demanda es sobre derechos civiles, discriminación e interferencia inconstitucional contra la autoridad del gobierno federal sobre cuestiones de inmigración. Es decir, Texas no puede como estado, anteponerse a la Constitución Política nacional.
Según la demanda, los inmigrantes habían podido usar la Matrícula Consular para tramitar y recibir el Certificado de Nacimiento de sus hijos. Sin embargo, por años, las autoridades simplemente dejaron de aceptar esas Matrículas Consulares y los pasaportes se aceptarían únicamente si la visa estadounidense está vigente.
Los abogados dicen que un oficial de la Oficina de Estadísticas Vitales admitió que la política habría sido cambiada para que fuera más difícil para que los hijos de indocumentados recibieran Certificados de Nacimiento.
Efrén Olivares, de Legal Aid, un organismo de apoyo legal para los más necesitados, dice que podrían ser cientos los niños que han nacido en Texas a los que se les ha negado un derecho fundamental.
La negación del Registro de Nacimiento a bebés nacidos en los Estados Unidos es una violación a la Enmienda 14. Rechazar la Matrícula Consular y pasaportes es una violación a la Cláusula de Protección Equitativa, entre otras muchas fallas en las que Texas habría incurrido.
La Decimocuarta Enmienda a la Constitución Norteamericana afirma la antigua regla fundamental de la ciudadanía por nacimiento en el territorio, en la lealtad y bajo la protección del país, “incluyendo a todos los niños nacidos aquí de extranjeros residentes”.
La enmienda, claramente, incluye a los niños nacidos en el territorio de los Estados Unidos, cualquiera que sea su raza o color, que tengan su domicilio dentro de los Estados Unidos. “Todo ciudadano o sujeto de otro país, mientras esté domiciliado aquí, está dentro de la lealtad y de la protección, y por lo tanto sujetos a la jurisdicción de los Estados Unidos”, agrega.
“La Constitución no permite la discriminación arbitraria o vengativa en contra de cualquier persona y mucho menos contra los niños”, dice por su parte Jennifer Harbury, de la Oficina de Ayuda Legal en Weslaco.
“Rosa Martínez” nació en México de donde huyó por los maltratos de su esposo. En Texas nació su hija hace 14 años y el único documento que necesitó para registrar su nacimiento fue la Matrícula Consular.
La misma mujer en el 2014 dio a luz a un bebé en McAllen, pero ni los documentos del hospital, ni su Matrícula Consular ni su Pasaporte fueron suficientes. No pudo tener el Registro de Nacimiento de su hijo.
La tamaulipeca María Francisca Rodríguez pasó por la misma situación. Su hijo Gustavo, que no ha cumplido el año, no tiene un registro de nacimiento, pero sus hermanos mayores sí.
“Fui a varias ciudades a solicitarla y me la niegan. Yo quiero que mi hijo tenga su pasaporte americano, pero sin registro no lo tendrá”, dice la tamaulipeca.
Gustavo, al igual que cientos de niños no podrá educarse en unos años pues no tiene forma de comprobar dónde y cuándo nació.
Esta situación arroja una dramática paradoja: Los niños hijos de migrantes podrían enfrentar una deportación del propio país que los vio a nacer.
Y también los niños abandonados sufren
La discriminación en Texas contra niños hijos de migrantes no radica únicamente en los recién nacidos. Otro drama infantil se registra en forma paralela con menores que cruzaron solos, han sido abandonados o que perdieron a sus padres en el intento de llegar a trabajar a Estados Unidos.
Tras la crisis humanitaria en la frontera con México por el incremento de niños que cruzan solos la frontera, la Casa Blanca anunció desde el año pasado el inicio de un programa piloto para dar asistencia a esos menores.
“Tener abogados voluntarios trabajando con el Departamento de Justicia para poder dar servicios legales a estos jóvenes porque están en procesos de deportación,” dijo Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Política Doméstica de la Casa Blanca.
La titular de esta institución agregó que el programa será desarrollado por una coalición de agencias y que pretende también ayudar a las cortes a entender los casos de esos niños antes de tomar una decisión.
Una página de internet publicó fotos de inmigrantes indocumentados, entre ellos niños, hacinados en un centro de detención en Texas. Las imágenes fueron confirmadas por el sindicato de la patrulla fronteriza.
“Las condiciones en estos centros de detención son inhumanas. Un centro de detención es una cárcel. ¿Cómo van a meter a niños en una cárcel?,” dijo Catalina Nieto, de Detention Watch Network.
Cifras oficiales señalan un incremento del 90% en el número de menores solos que han cruzado la frontera.
Muchos han criticado al presidente Obama por cómo ha manejado el tema de la frontera, desde políticos hasta activistas pro inmigrantes, pero según un análisis reciente el presidente ha mejorado las políticas migratorias del país.
Según el reporte de la organización New Democrat Network, basado en cifras recientes del departamento de Seguridad Nacional, en la zona fronteriza el crimen ha bajado y solamente 10,000 personas sin antecedentes criminales fueron deportadas del país el año pasado.
“La probabilidad de ser deportado es casi cero bajo las políticas de esta administración”, dijo Simon Rosenberg. Agregó que las medidas son más humanas.
Mientras tanto en la Cámara Baja, el líder de la mayoría republicana, Eric Cantor, no abre muchas esperanzas para reducir este problema. En el manejo interno de esa al hasta ahora el tema de una reforma migratoria permanece fuera del calendario legislativo.
SOLUCIÓN HUMANITARIA
La Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias (FEMA) —la misma que responde a catástrofes naturales— se encargará de coordinar esfuerzos para atender a los miles de niños que cruzan solos la frontera de México con Estados Unidos.
“Ahora que tenemos a FEMA vamos a tener una respuesta más rápida, tendremos a alguien que coordine todas las agencias federales. Lo más importante es proteger estos niños para que tengan un lugar seguro y apropiado mientras espera una decisión sobre su situación migratoria”, dijo Katherine Vargas, portavoz de la Casa Blanca.
El Presidente Barack Obama se vio obligado a buscar una solución a lo que reconoce como una “situación humanitaria urgente” a raíz de un aumento drástico en el número de menores que han cruzado este año la frontera. Los centros de albergue no dan abasto.
“Es muy claro que los recursos adecuados no existen para alojar a tantos niños. Pero la respuesta no puede ser ponerlos en centros de detención que no les protegen”, señaló Antonio Ginatta, de la organización Human Rights Watch.
En los últimos ocho meses, el gobierno ha tenido que amparar a unos 47,000 menores que han cruzado solos. Cada vez son más los niños menores de trece años los que arriesgan sus vidas en el peligroso camino. La mayoría de ellos vienen de Centroamérica.
“El Congreso tiene una responsabilidad de hacer algo en este tema en particular. Este verano tiene la oportunidad de aprobar una reforma. Y algo sobre este tema tiene que estar incluido en esa reforma”, dijo Mario Moreno, del Foro Nacional de Inmigración.
Aún no hay señal de que la Cámara Baja vote sobre un proyecto de ley este año.
La Casa Blanca le ha pedido al Congreso más de mil millones de dólares para lidiar con la crisis en la frontera. El gobierno calcula que este año unos 60,000 niños podrían cruzar la frontera sur con México solos.