QUITO, Ecuador.- Dos visiones sobre cómo debe ser Ecuador se midieron ayer en las calles de esta ciudad.
Indígenas, médicos, jubilados, abogados, maestros y la Oposición política marcharon en rechazo a políticas del Presidente Rafael Correa, mientras que partidarios del Mandatario organizaron su propia convocatoria.
La protesta opositora bloqueó varias vías de acceso a Quito, como la carretera Panamericana. Algunos indígenas fueron desalojados de un tramo de la vía por policías antimotines que lanzaron gas lacrimógeno.
Empero, el bloqueo se mantuvo.
El paro nacional fue organizado desde principios de agosto por el sindicato Frente Unitario de Trabajadores (FUT), al que se unieron varios otros gremios, incluyendo la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la primera organización indígena del país.
Los integrantes de ésta marcharon por 11 días para llegar a la capital.
Exigen que el Gobierno frene enmiendas constitucionales que permitirían la reelección indefinida de Correa y forzarían a varios sectores a pagar más impuestos, así como que las autoridades lleven a cabo una reforma agraria, establezcan educación bilingüe con lenguas nativas y faciliten el acceso libre a universidades.
“Le hacen daño al país, no al Gobierno. No podemos someternos a los abusos de una absoluta minoría. A rechazar el viejo país de palos, piedras y abusos”, tuiteó ayer Correa, quien llegó al puesto en 2007 y debería terminar su mandato en 2017.
También calificó como un fracaso el paro nacional, pues en varias partes del país operaron con normalidad sectores como el petrolero y de transporte, así como negocios y servicios.
“El paro tiene éxito cuando hay adhesión de la ciudadanía y eso no lo han conseguido”, consideró el Canciller Ricardo Patiño, según el diario local El Comercio.
Por su parte, partidarios de la oficialista Alianza País, como la juventud del partido y militares, se reunieron desde el miércoles afuera del palacio presidencial de Carondelet en una concentración que incluyó presentaciones artísticas.
Los manifestantes reviraron al Gobierno, empero, después de que éste calificara sus protestas como fallidas.
“Yo sé que el Presidente Rafael Correa minimiza nuestras movilizaciones. No quiere escuchar”, señaló Blanca Chancoso, lideresa de la Conaie.
Asimismo, la figura indígena indicó que planean quedarse el tiempo que sea necesario bloqueando las calles que puedan hasta que Correa atienda sus demandas.
“No podemos decir cuántos días pensamos quedarnos. Pero si esta vez el Gobierno no escucha y cree que puede atemorizarnos con prisión o enjuiciamiento, que sepan que estamos dispuestos a todo.
“Si no cambia creeremos que es una dictadura”, afirmó.