Estados Unidos.- El Tribunal Superior de Connecticut perdonó la vida a 11 reos que permanecen en el pabellón de la muerte, se declaró que sería inconstitucional ejecutarlos, luego de que hace tres años se abolió la pena de muerte en ese estado.
“No habrá más pabellón de la muerte” dijo Michael Courtney, director de la unidad de defensa en casos de pena capital.
La determinación viene en una apelación de un doceavo reo, Eduardo Santiago, cuyos abogados, argumentaron que cualquier ejecución realizada después de la derogación, hecha hace tres años, constituiría un castigo cruel e inusual.
En su caso, la primera sentencia fue revocada, enfrentó una segunda audiencia de sentencia y la posibilidad de ser ejecutado con inyección letal por un asesinato a sueldo ocurrido en 2000 en West Hartford.
La Corte Suprema estatal, en un fallo de 4-3, estuvo de acuerdo con tal argumentación, donde se determinó que la pena de muerte “ya no concuerda con los estándares contemporáneos de decencia y ya no sirve con los propósitos de criminología”.
Por lo que la ejecución de delincuentes que cometen delitos capitales antes del 25 de abril del 2012 violaría la prohibición constitucional del estado contra el castigo cruel e inusual.
La derogación de 2012, estableció cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional como castigo a crímenes que eran considerados antes delitos capitales.
Entre los reos están Joshua Komisarjevsky y Steven Hayes, quienes fueron sentenciados a muerte por el asesinato de una madre y sus dos hijas en 2007.
En el fallo se especifica que no sería posible ejecutar a otros condenados “para conseguir un fin políticamente popular de matar a reos especialmente infames”.