MÉXICO, DF.- Ha sido un verano sangriento en Estados Unidos.
Tan sólo en julio, 45 personas fueron abatidas en Baltimore, la cifra mensual más alta en 43 años, según datos de la Policía local.
Pero esa ciudad de Maryland está lejos de ser la única revirtiendo tendencias.
En total, los homicidios han aumentado un promedio de 36 por ciento en nueve urbes.
Antes de este año, las tasas de homicidio nacional iban a la baja: de 10.7 muertes por 100 mil personas en 1980 a 5.1 muertes por 100 mil personas en 2013.
“No hemos visto nada así en décadas”, declaró Cathy Lanier, jefa policial de Washington, D.C., en el marco de una reunión nacional de fuerzas del orden a principios de este mes.
Las razones no son claras, pero criminólogos sostienen que las crecientes cifras de violencia se deben a la proliferación de armas de fuego y la cada vez mayor desconfianza en la Policía.
El jefe de Policía de St. Louis, Sam Dotson, incluso lo ha llamado “el efecto Ferguson”, en referencia al descontento hacia las fuerzas del orden tras la muerte del joven afroamericano desarmado Michael Brown en ese suburbio de St. Louis.
“Cuando los agentes son vistos como los ‘malos’ o ‘el enemigo’, lo que hacen es nada más dejar de atender a esa gente”, concurrió Peter Moskos, ex policía y profesor de John Jay, la facultad de justicia penal de la Universidad de Nueva York (NYU).
A la vez, recalca Eugene O’Donnell, también académico de NYU, los ciudadanos recurren menos a la Policía para reportar crímenes o actuar como testigos.
“El mensaje de que los oficiales a veces son racistas o demasiado violentos, incluso cuando es acertado, está dificultando que hagan su trabajo”, señaló a The Economist O’Donnell.
El académico lo ejemplifica con Baltimore. Los homicidios mensuales en esa ciudad empezaron a aumentar tras disturbios por la muerte de Freddie Gray, quien falleció en una celda después de ser golpeado por oficiales.
A la par, la cantidad de arrestos ha caído y sólo el 36 por ciento de los asesinatos este año han sido resueltos, en comparación al 66 por ciento a nivel nacional.
Pero otros rechazan que la situación se deba al “efecto Ferguson”.
“¿Por qué la comunidad afroamericana tendría que escoger entre abuso policial y abandono policial? Ni siquiera son opciones”, opinó el activista Van Jones.
“Nos están diciendo que por ejercer nuestros derechos y manifestarnos, somos responsables por la gente que comete crímenes”, añadió.
Empero, en otras ciudades como Dallas y Los Ángeles han habido menos asesinatos.