1.- La tarde del 2 de julio de 2006, día de las elecciones, Andrés Manuel López Obrador recibió una llamada de Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa, quien le dijo que iba adelante en el conteo rápido de la empresa, y lo felicitaba por el triunfo.
2.- López Obrador agradeció la llamada, y dio indicaciones sobre quiénes hablarían en el acto que se desarrollaría una hora más tarde en el hotel Marquís, para anunciar el triunfo, pero, a partir del cierre de casillas y la consolidación de tendencias, las siguientes horas revelaron que se trataba de una elección cercana al empate técnico.
3.- El resto de la noche transcurrió entre el desencanto y la desconfianza. Desencanto por no poder celebrar el triunfo porque algo extraño estaba sucediendo. Al caer la noche, el Programa de Resultados Preliminares (PREP) arrojaba una ventaja para Felipe Calderón, que se fue reduciendo paulatinamente, pero que nunca desapareció. En la madrugada, la delantera se había establecido en alrededor de 0.5 por ciento de los votos.
4.- Durante los siguientes días, los perredistas denunciaron diversas irregularidades. Primero, en el famoso algoritmo que presuntamente se había implantado en el sistema para que el PREP favoreciera al candidato panista. Posteriormente, en el proceso electoral mismo, dada la enorme cantidad de casillas que arrojaban algún tipo de inconsistencia.
5.- Poco a poco las impugnaciones quedaron resueltas en la exigencia de las autoridades de un recuento de voto por voto y casilla por casilla. El IFE aceptó hacerlo en apenas 3.5 por ciento de las 81 mil casillas que reportaban algún tipo de inconsistencia aritmética entre actas entregadas y sumas de votos de cada casilla.
6.- El 5 de septiembre el TRIFE declaró presidente electo a Felipe Calderón. Las concentraciones en el Zócalo, el plantón en Reforma y la movilización nacional del recuento “casilla por casilla voto por voto”, que Andrés Manuel dirigió durante dos meses habían resultado inútiles.
7.- El radicalismo en el discurso de Andrés Manuel, quien descalificaba indiscriminadamente a los grupos empresariales y lanzó el “cállate, chachalaca”, motivó a que muchos votantes dieran por buena la consigna de “un peligro para México” que le endilgaron sus adversarios.
8.- El plantón en Paseo de la Reforma como vía de presión para exigir el recuento de votos, y que paralizó durante tres meses la vida de esa zona de la ciudad, le fue cobrado con amplios réditos por parte de sus adversarios y todos aquellos que buscaban realinearse con el candidato triunfador.
9.- Los medios de comunicación mostraron detallada y reiteradamente la molestia de vecinos, oficinistas y comerciantes, cuyas actividades fueron afectadas por el plantón. Las instituciones que López Obrador mandaba al diablo aprovecharon la ocasión para fijar la idea en el público de que, en efecto, México se había salvado de un peligro.