1.- El activismo de quienes aspiran a la gubernatura por el PRI ya es ampliamente conocido (y válido, no faltaba más), tanto que el CDE de dicho partido prefiere hacerse a un lado y dejar que cada cual haga lo que a sus intereses convenga, mientras el inexorable tiempo avanza sin concesiones ni contemplaciones, acercándonos cada vez más a lo inevitable. Necesario es recordar que el respectivo proceso está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, no sabemos que existan encuestas serias que ubiquen la realidad de l@s protagonistas de cara a la opinión pública.
No hay encuestas, digo, y es razón por la que cada quien prefiere alimentar la curiosidad y hasta el morbo utilizando el rumor, las noticias “de voz a voz” y desde luego algunos medios de comunicación, filtrando “novedades” que les ayuda a cotizar sus afanes. En tanto, cualquier movimiento en el escenario político desata especulaciones, que por lo general sobreviven solo algunas horas reciclándose para caer de nueva cuenta en el sensacionalismo, que por las circunstancias se convierte en cotidiano.
No hay encuestas, insisto, y eso provoca la estampida hacia cualquier lado, sea que existe confusión y hasta sobresalto por el futuro inmediato, ¿qué sucederá en Tamaulipas el próximo año?. No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que una decena pretenden el cargo más importante y la mayoría con intereses diferentes, aunque coincidentes en lo fundamental que es servir al estado y a sus habitantes, según consta en el discurso de sus emociones. Las circunstancias cambiarán o ya están cambiando, mejor dicho, ¿hacia dónde?, esta es la pregunta del ciudadano común que aspira a que la entidad siga avanzando con la fortaleza histórica que la distingue y que ahora, menos que nunca, debe parar su marcha.
La sucesión sexenal es el asunto más serio e importante que ocupa la atención y la tensión social. Entendemos que las dirigencias partidistas tienen puesta su esperanza en la forma y manera de cómo se presente la gran decisión. Todos la esperamos por razones obvias. Por ello, extraña que a estas alturas del juego en el PRI no se realice ninguna encuesta, al menos para conocer el color de la opinión pública. En cuanto a otras organizaciones es entendible que reaccionarán buscando el reacomodo que favorezca la sobrevivencia. Una noticia nacional reciente, por ejemplo, precisa la decisión del PRD y el PAN de integrar “mega” alianza en Tamaulipas. Sería una aberración ideológica explicada, aunque no justificada, por la ambición de ciertos actores ya muy conocidos y reconocidos por su sentimiento de inmortalidad. (Ahí te hablan Francisco García Cabeza de Vaca).
El asunto es que respecto de la sucesión estatal no hay encuestas, solo rumores y especulaciones, lo cual contrasta con la necesidad social de comunicación pronta y expedita en un mundo que por lo mismo, cada vez es más pequeño. ¿El PRI en Tamaulipas es ajeno a esta necesidad?. No quisiéramos creerlo, pero parece que por ahí va la cosa. Sea que en el partido mayoritario no saben qué piensa la gente de quienes aspiran a la gubernatura. Y ni modo que sea invento.
2.-Mientras tanto, concluye su gestión la legislatura sesenta y dos de la Cámara de Diputados y habrá que ver si cumplieron su promesa de elevar la calidad de vida de los mexicanos. Si tomamos en cuenta la problemática que enfrenta la república pareciera que los resultados son negativos. Y es que esta “representación popular” entrega un país “quebrado”. Las reformas aprobadas hasta ahora han servido para nada, nadita de nada, provocando como en el caso de la educación, literalmente una lucha cuerpo a cuerpo entre autoridades y buena parte del magisterio. Aquí mismo, en la capital del estado este miércoles supimos de la enésima protesta de maestros provenientes de varias partes de la entidad. Pocos, es verdad, pero muy decididos.
Un país “quebrado”, digo, donde la devaluación del peso es el pan nuestro de cada día y donde el hambre y la pobreza están convertidas en la versión corregida y aumentada de los jinetes de la apocalipsis. Ni para dónde hacerse, solo esperar el siguiente golpe contra la economía familiar. Una situación difícil cuya solución no son los discursos ni las estadísticas oficiales que no parecieran reflejar la realidad.
¿Dónde estuvieron l@s diputad@s tamaulipecos estos tres años?. Es una buena pregunta que debieran responder aquell@s que seguramente ya recibieron un generoso “pago de marcha”, “dietas”, compensaciones, “primas”, sueldos, seguros contra el desempleo y la gratificación correspondiente. Algun@s buscan reacomodo, ya sabemos, pero la mayoría irán a engrosar el ejército de la desconfianza. ¿Cómo va eso de que el cargo dura tres años pero la vergüenza toda la vida?.
SUCEDE QUE
El riobravense Edgardo Melhem Salinas ya es coordinador de la diputación federal tamaulipeca. ¿Eso es bueno o malo?, “depende”, dirá el ranchero. No olvidéis que también existen los premios de consolación.
Y hasta la próxima.