MÉXICO, D.F.- La cadena española SER tuvo acceso a varios audios grabados en Serbia en las que se escucha a las mafias tratando de comprar a una persona para llevarlo a Viena, Austria.
En las grabaciones, el traficante, que toma al periodista Cesar Dezfuli por un inmigrante sirio, negocia en plena calle para tratar de convencer a los inmigrantes que se suban a su camión, que parte esa noche hacia la frontera.
El viaje es previo pago y pasó de costar, en un año, de 200 euros hasta mil, cerca de 19 mil pesos.
El traficante justifica el costo argumentando que supone mucho dinero sacar a los conductores detenidos de prisión.
Dezfuli hablaba con Majeed, un sirio de 21 años que llevaba una semana viajando desde Alepo y llegó hasta la estación de autobuses de Belgrado junto a su hermana y su sobrina de 4 años.
Según el relato del periodista español a la SER, justo en el momento que contestaba a sus preguntas, se acercó un traficante serbio, rubio, de aspecto desaliñado.
Les mostró un celular con un mensaje en árabe y les preguntó si hablaban inglés.
Los traficantes buscan esas dos características para poder convencerlos y al encontrar a alguien que entienda ambos idiomas inician la propuesta para pasarlos por la frontera.
El traficante pensó que Dezfuli y Majeed harían el mismo trayecto y empezó a persuadirles para que subieran en el camión que saldría esa misma noche con destino a la frontera con Hungría.
“Uno de tus chicos se queda aquí con el dinero, preparas a 20 y escoges a uno para que se quede con nosotros. Cuando llegues a Viena le llamas: ‘Ya estamos en Viena, estamos bien’. Él nos da el dinero y hacemos otro viaje y le transportamos”, dice el traficante en la grabación.
Recientemente se han interceptado camiones en los que no hay 20 migrantes, sino más de 50 o 100, según dijo el reportero a la radiofusora española.
Posteriormente, el traficante da las instrucciones para la otra opción que ofrecen, si creen que los mil euros son mucho dinero.
“Cuando llegas a las frontera, tienes que andar a través del bosque. Al lado de una pequeña carretera, encontrarás a un chico que irá primero y lo tienes que seguir, en silencio. Andarán unos 6 kilómetros, unas tres horas a pie”, explica en inglés el hombre.
“Nada de bebés, ellos son un gran problema”, señala el traficante en el audio, al percatarse de que al lado de Majeed está su sobrina.
Aunque todo es negociable, ya que añade que aunque el año pasado un bebé se cayó y se mató, él puede intentar hablar con el jefe sobre los bebés.
“Los menores de 10 años viajan gratis”, comenta.
El traficante asegura que el viaje está basado en la suerte y la confianza, y confiesa que no puede asegurar la llegada a Hungría.
“Los caminos de Serbia los conocemos. Todo bajo control”, dice el traficante, “sin embargo, en Hungría vamos por la autopista y es cuestión de suerte. Nosotros no te aseguramos que vayas a llegar”, agrega.
Hungría, como Italia y Grecia, se está convirtiendo en otro de los puntos de entrada a la Unión Europea (UE) de refugiados que huyen de los conflictos de Siria, Irak y Afganistán.
Janos Lazar, jefe de Gabinete del Primer Ministro ultraconservador Viktor Orban, dijo esta semana que es humillante la manera en la que la Comisión Europea hizo el reparto de los fondos para afrontar la crisis migratoria.
El Gobierno anunció que la valla metálica que separará el país de Serbia -que no forman parte de la UE- estará finalizada a finales de agosto.