CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Con mini salarios que apenas llegan a los mil 900 pesos al mes, en salones improvisados y laborando en condiciones de inseguridad, más de 800 instructores del Conafe “trabajan” de maestros en la zona rural del Estado.
Son los maestros que sí trabajan, que no protestan por las evaluaciones, que no cuentan con prestaciones o logros como los que ofrecía carrera magisterial y en coacciones no tienen ni días festivos, ni puentes.
Los instructores del Consejo Nacional de Fomento Educativo, son los encargados de impartir clases a niños de preescolar, primaria y secundaria, en comunidades rurales donde no es costeable tener una escuela.
Son cerca de 800 instructores que desempeñan esta labor en Tamaulipas, donde van a donde ni los maestros quieren ir. Los jóvenes asesores, que tienen un nivel de educación medio superior, enfrentan escenarios adversos, apartados de la sociedad, a los que se trasladadan en camión, en el mejor de los casos, o a pie; por veredas, montes, y peligros que implican animales ponzoñosos e inseguridad de todo tipo.
Esmeralda Ortega Pérez, es una instructora comunitaria que el año pasado preparó a Martín Torres Robles, el alumno que obtuvo el primer lugar en la Olimpiada del Conocimiento, y que fue a conocer al Presidente Enrique Peña Nieto en la residencia de Los Pinos.
Esmeralda se traslada cada día al ejido El Porvenir, de ese mismo municipio, por lo que debe tomar el camión y caminar varios kilómetros para llegar al poblado donde sólo viven tres familias.
“Mi comunidad se llama Magueyes; sí está retirado (del Porvenir), me transporto a diario, son tres kilómetros, que voy en camión o por circunstancias económicas pido ride”.
“En la comunidad (El Porvenir) son cuatro familias y aunque haga frío o llueva, nosotros tenemos que presentarnos. Tenemos un horario de ocho a dos de la tarde, pero claro que es algo que hacemos con gusto”.
Cuenta que conoce los peligros a los que se expone, pero necesita la gratificación para sobrevivir y ayudar a su familia.
“Afortunadamente no me he topado con situaciones de inseguridad, yo creo que la gente nos respeta porque sabe que no tenemos dinero, y que el trabajo que hacemos es para ayudar”.
De igual forma, Juan Aguirre acude a un ejido de Nuevo Morelos, donde imparte clases a seis pequeños de primaria.
“Todos los días camino cinco kilómetros para ir, y otros cinco para regresar; uno lo hace por satisfacción de ayudar a los niños, para que salgan adelante”.
“El CONAFE nos apoya con una beca para que continuemos los estudios en la universidad. Es una beca que cubre toda la carrera, y eso también nos motiva”. Juan platica que su escuela no tiene ventanas, piso, ni servicios básicos como electricidad y agua potable.
“Es un salón de paredes que no están enjarradas, un techo de lámina; no hay cristales en las ventana, por lo que en época de frío ponemos cartones para poder aguantar”.
Ganan un estimado de mil 900 pesos al mes.
El delegado de Conafe en Tamaulipas, Pedro Hugo Medina Salazar, dijo que este ciclo escolar atiende a 800 comunidades rurales con servicios de preescolar, primaria y secundaria.
En cada comunidad acude un instructor comunitario, que son jóvenes que alcanzaron a terminar su secundaria o bachillerato por lo que reciben una beca para pagar sus estudios posteriores.
“Está avanzado el Consejo porque no es un pago lo que se les da, es un una gratificación; reciben sus becas para seguir estudiante, además el gobierno estatal se suma al federal y los apoya para que permanezcan en las comunidades rurales”.
“Reciben 500 pesos mensuales del gobierno del Estado, por lo que en total se les gratifica con mil 900 pesos mensual, por parte del CONAFE más los 500 pesos”.
Explicó que están reclutando a jóvenes egresados de Educación Media Superior, para que las niñas y los niños tengan una mejor educación.
Explicó que los instructores están conscientes que no hay sueldo, sino un estímulo.
“Por eso implementamos en este ciclo que los instructores sean de media superior, porque los chavos más jóvenes no tienen claro el objetivo. El Conafe quiere que nos regalen su tiempo para ir a instruir a los niños de preescolar, primaria y secundaria”.
“Y además se les ofrece la oportunidad que continúen con su educación superior por lo que se les entrega una beca que les asegura que terminarán su educación profesional”.