CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Lo que hace meses era una ilusión y sueño de amor, hoy se ha convertido en una prisión, donde la cárcel es su propio cuerpo, con solo 26 años de edad Beatriz Adriana no puede cargar a su bebé recién nacida, ni alimentarla o callar su llanto, ya que a pocos días para dar a luz sufrió un derrame el cual le arrebató el control de su cuerpo.
María Esther Ramírez Ruiz, madre de la joven, relata mientras atiende a su hija, quien se encuentra inmóvil en una cama pero escuchando y entendiendo todo, que los hechos pasaron hace escasas semanas en su domicilio.
Hace meses al enterarse del primer embarazo de Bety, la familia se llenó de alegría, todo era ilusión y sueños, a pesar de ser una familia humilde.
Sin embargo, todo cambió a 25 días de dar a luz. La mañana del 5 de septiembre, a las 6 horas, Beatriz Adriana se desvaneció y convulsionó, por su etapa final de embarazo este padecimiento ponía en riesgo a la niña, sin pensarlo demasiado decidieron llevarla de emergencia al Hospital General.
Ya en la clínica, los doctores le suministraron anestesia para controlar la convulsión y decidieron extraer a la pequeña con cesárea de emergencia el mismo día que la internaron para asegurar la salud del bebé. “La niña quedó cinco días en observación porque nació dormida». Milagrosamente la niña nació sin ningún problema y con perfecto estado de salud.
De esta forma fue que la señora María Esther prácticamente vivía en el hospital por tener hija y nieta internadas.
“Primero estuvo en terapia, luego en terapia media, después ya me la entregaron, pero no se puede mover”. Al platicar con el especialista éste informó a la familia que Beatriz había convulsionado por un derrame cerebral el cual le había arrebatado el control de su cuerpo, por lo que está limitada a mover un poco la mano y pie derecho y ver con el ojo del mismo lado.
Noticia que cayó como balde de agua fría a la familia Zamora Ramírez, quienes se aferran a la esperanza que le dio el doctor de recuperación completa a través de terapias.
Con la promesa y esperanza de recuperación, la señora pide ayuda a la ciudadanía e instituciones, ya que por ser de escasos recursos no tienen el recurso ni los medios para llevar a Bety al CREE para que reciba sus terapias que le ayudarán a recuperar el control de su cuerpo. “Quisiera, si me pudieran ayudar porque necesita muchas terapias y se me hace muy difícil trasladarla.
Antes del incidente la señora Ramírez Ruiz se dedicaba a lavar y vender frituras y sabalitos; sin embargo, ahora no puede, por lo que está dedicada al cien por ciento de su tiempo a cuidar a su hija, quien tienen que ser alimentada a través de sonda; su esposo le ayuda cuando está en casa, sin embargo, se ha dedicado a trabajar como chofer para llevar el sustento de la casa.
Es por esto que la familia solicita la ayuda de la sociedad, ya que la joven madre tienen que ser medicada y alimentada mediante sonda y necesita de pañales para adultos y para niña.
“Les pido por favor; una, que me ayuden con una cama de hospital para poder moverla”, además, la niña necesita de una fórmula llamada “Enfamil”, la cual tiene un costo de 200 pesos la lata.
