TAMPICO, Tamaulipas.- En la zona sur de Tamaulipas hay más de 800 pacientes de VIH que lamentablemente hacen fila en la calle o en la banqueta, entre las cocheras para poder realizarse sus exámenes de cargas virales en el Capasits Tampico, que en realidad es una casa común y corriente.
Estas personas son vulnerables a ser vistas, ‘ventaneadas’ y exhibidas por los vecinos, lo que viola la confidencialidad de cada una de estas personas que se encuentran en la lucha contra esta enfermedad mortal, denunció la presidenta del organismo Tamaulipas, Diversidad Sexual Vida Trans, Ana Karen López.
«Lamentablemente se viola mucho la confidenciabilidad de los pacientes que vivimos con VIH en Tamaulipas, ya que el Capasits no cuenta con un espacio apropiado para que las personas estén recibiendo la atención, muchas veces nos exhiben una cuadra haciendo fila, eso repercute a que los usuarios no acudan por sus tratamientos y a sus exámenes continuos», manifestó en el marco de la celebración de la lucha contra este mal.
Hace cinco años Protección Civil Tampico procedió a clausurar este Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención del SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual que se ubicaba justo atrás de las oficinas de la Jurisdicción Sanitaria, y fue cerrada porque se estaba cayendo a pedazos, por lo que corrían peligro el personal como los pacientes que acudían.
Por lo que desde el año 2000 fue reubicado a la colonia Tolteca, entre calle Sor Juana Inés y Andrés García, siendo este inmueble una casa habitación habilitada para dar esta atención especializada, se encuentra en medio de otras casas.
La activista Ana karen López envió fotografías de las filas que integran hasta 50 personas, y tienen que esperar hasta más de hora y media para que le toque su turno para los análisis o medicamentos (para llegar al Laboratorio o Farmacia), dejando ver su cara, candidatos a ser señalados por ser portadores.
Por lo menos una vez al mes se vive esta situación que expone a cada una de las personas que se encuentran en tratamiento.
«Muchas personas dejan de ir a hacerse estos exámenes, porque son exhibidos de esta manera, muchos de ellos han tenido cuestiones personales donde la gente ya se dio cuenta que viven con VIH» comentó.
Las personas se ven en la necesidad de tener que esperar su turno frente a las cocheras, ventanas de los más de 40 vecinos que tiene esta unidad médica, siendo prácticamente violado el anonimato de su identidad.
De cada cinco personas detectadas por mes, sólo tres de ellas aceptan el tratamiento, pero al verse en situaciones incómodas como estas filas en plena calle, esto genera que aborten su tratamiento, condenados a morir de un momento a otro. Aparte las instalaciones se encuentran en mal estado, de acuerdo a fotografías que mostraron como prueba y demandan que se defina el nuevo Capasits para que se
pueda otorgar la atención médica de manera digna.
