TAMPICO, Tamaulipas.- La denuncia interpuesta en conjunto por los estados de Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo contra British Petroleum (BP) y las empresas culpables del derrame de crudo en el Golfo de México fue desechada por la Corte Suprema de Estados Unidos. El argumento es que la Federación es quien debe demandar al consorcio petrolero.
Las entidades afirmaron -por medio de pruebas anexadas al expediente- las pérdidas financieras que sufrieron turismo, pesquería y recursos naturales e hídricos. Los gobiernos exigieron una compensación económica para resarcir los daños en la costa mexicana.
El 20 de abril de 2010, la plataforma petrolera Deepwater Horizon de BP explotó. Durante 87 días se derramaron 4.5 millones de barriles en el Golfo de México. El accidente dejó 11 muertos. En los meses siguientes el hidrocarburo se expandió hasta el litoral mexicano y afectó los ecosistemas, de acuerdo a versiones de organizaciones ambientalistas.
Tras el daño los estados de Alabama, Florida, Louisiana, Mississippi y Texas y el Gobierno federal demandaron a las compañías que operaban la plataforma. El largo litigio se resolvió en octubre pasado, las partes acordaron una indemnización por 20 mil 800 millones de dólares. El monto es superior por 2 mil 100 millones de dólares, al pactado en julio de 2014.
Las autoridades judiciales consideraron que el 67 por ciento de la responsabilidad fue de British Petroleum, el 30 por ciento a Transocean y el 3 por ciento a Halliburton. Transocean era la propietaria de la plataforma de perforación Deepwater Horizon.
“Esta histórica resolución es una respuesta fuerte y apropiada para el peor desastre ambiental de la historia de Estados Unidos”, destacó la fiscal general, Loretta Lynch. Los miles de millones se ocuparán para reparar y restaurar los estados afectados en el golfo.
Además, la petrolera británica BP se declaró culpable de homicidio involuntario y aceptó pagar sanciones penales por la cantidad sin precedentes de 4 mil millones de dólares. Los trabajadores llamaban a la plataforma como el pozo del infierno, contó Courtney Kemp-Robertson, esposa de Ron Wyatt Kemp, una de las víctimas mortales.
México espera
Sin embargo, el caso que promueven las entidades mexicanas no ha tenido el progreso esperado. Veinticinco mil pescadores mexicanos que laboran en Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo demandaron para exigir la indemnización. Más de mil 805 millones de dólares pagó la petrolera a los pescadores estadounidenses, de acuerdo a una nota publicada en su página de Internet.
«No es posible que la compensación se haya limitado al territorio de Estados Unidos y no se extienda al Golfo de México. Hay, por lo menos, 30 especies migratorias que se comparten con Estados Unidos, y los daños han sido enormes aquí», afirmó el representante legal de los pescadores, Horacio Polanco.
Los demandantes publicaron una carta para exigir al gobierno mexicano que cumpla la promesa de proteger el medio ambiente. Polanco subraya que el caso de British Petroleum y la falta de apoyo de la Federación inquieta, pues en el contexto de la reforma energética, se promueve la recepción de las empresas transnacionales que se dedican a la extracción y tratamiento de hidrocarburos.
Al respecto, el doctor Sergio Jiménez Hernández, director del Centro de Investigación y Desarrollo en Ingeniería Portuaria, Marítima y Costera (Cidiport) de la Facultad de Ingeniería «Arturo Narro Siller» Campus Tampico, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), expresó que el derrame ha generado efectos devastadores a sus humedales costeros y hábitat bentónicos (fondo marinos).
“Llevará más de una década para su recuperación, afectando la productividad primaria, primera fase de la cadena alimenticia de las especies marinas y aves. Sin duda sobrepasó todos los escenarios esperados para una contingencia de derrame de hidrocarburos que haya enfrentado el sector petrolero en el mundo y por supuesto los Estados Unidos de Norte América”, expresó en un artículo publicado en la revista Ciencia UAT.
El director de Cidiport explicó que el Golfo de México, es un ecosistema semicerrado con conexión en todos sus procesos biológicos y dinámicos. Por ello, dijo, la situación de una zona se refleja en las demás aunque haya mucha distancia de por medio. De acuerdo a los resultados obtenidos en el programa “Sistema de Modelación Hidrodinámica del Golfo de México”, Jiménez Hernández estimó que pese a que las manchas de petróleo fueron aminoradas con disertantes químicos, el daño a mediano y largo plazo será mayor.
“El dispersante químico consume oxígeno en grandes cantidades en su proceso de degradación del hidrocarburo y debido a ello deja amplias zonas sin este elemento requerido por el fitoplancton, alterando con ello el equilibrio de los ecosistemas al disminuir la disposición de alimento de muchas especies marinas”, puntualizó.
