La visita a Guadalajara del jueves 3 al domingo fue de gratitudes. La de los amigos y nuevos amigos que me brindaron la oportunidad de dar a conocer mi trabajo literario, esa combinación de lo creativo plástico y lo literario que es la columna vertebral de mi existencia.
Calar con los que saben, sentir y apreciar las críticas y disfrutar los momentos de alegría de corazón que son quienes admiran nuestro trabajo.
Este año fue estupendo de pies a cabeza con dos exhibiciones importantes y la presentación de mis dos libros, la antología TODOLOCURA y El Paisaje del Cuerpo, esta última una reimpresión con nueva presentación bajo el sello de ALJA Ediciones, distribuido por Amazon, que me permite estar presente prácticamente en todo el mundo.
Guadalajara ofrece a un pintor y a un escritor una multiplicidad de foros y el acercamiento a la gran cultura nacional pues forma parte con Monterrey y la Ciudad de México, como las metrópolis culturales. Presentarse en estos foros ante bravos escritores y artistas se requiere de talento y buena condición crítica.
Logros, indiscutiblemente que se me presenta buenas propuestas en el mejor nivel. Desde la pintura a la poesía, en un taller que es un collage de potencias creadores diseñado por mí.
Ha sido un año venturoso, pródigo de bienes. Con una gran producción plástica, con una visión poética y con desafíos estéticos. Estoy en el esplendor de mi trabajo plástico, y mis obras son adquiridas con buenos augurios en Guadalajara, Monterrey, México, San Antonio, Miami y Mc Allen.
Vanidad de vanidades de un creador, pero con un gran sentido de disciplina, de oficio y amor por el arte y mi ciudad.
Yo soy creyente, yo creo en Dios, y creo que está junto a estos logros que dedico a mis amigos y mi querida familia.