Ante los problemas financieros que van a afrontar los candidatos a la gubernatura y a las alcaldías y las diputaciones locales, conviene informarles sobre Dick “El Demonio Morris”, ilustre delincuente electoral y ex asesor de marketing de Bill Clinton, Fernando de la Rúa y Felipe Calderón; quien publicó recientemente un panfleto con el título: “El Nuevo Príncipe”, en el que imitando a Nicolo Machiavelli dicta consejos a los candidatos sobre las formas de conseguir dinero para financiar sus campañas. Entre sus consejos destacan los siguientes:
1.- “Recaudar fondos no tiene porqué ser un pacto fáustico con el diablo. Un candidato puede recaudar suficiente dinero para pagar su campaña, si orienta su recaudación de fondos a las zonas en las que no tiene que vender su alma por un cheque. Todo el dinero de la política no se crea de la misma forma. Para mantener su virtud mientras se golpea el pecho en gesto guerrero, debe distinguir entre los diferentes tipos que circulan en política”.
2.- “La gente da dinero a los candidatos por cinco motivos virtuosos, o por lo menos inocuos: lo conocen personalmente, están de acuerdo con sus posiciones, quieren derrotar al otro tipo, quieren hacer algo que satisfaga su ego y respaldan a su partido. Hay, por cierto, un solo motivo peligroso por el cual la gente hace contribuciones políticas: quiere influir en el candidato después de que ha sido elegido”.
3.- “Los que detestan al propio adversario son una fuente de socorro especialmente conveniente. Revise cuidadosamente a quienes ha pisoteado su adversario y ofrézcales un camino para tomarse la revancha. Aquí, su capacidad para ganar no tiene que jugar el papel central”.
4.- “Los donantes que quieren “tomarse la revancha” sencillamente le darán a usted para molestar y acosar a su oponente. En nuestra sociedad, que ha hecho suyo el lema “nunca ofrezca la otra mejilla”, los resentimientos abundan. Lo lindo de este dinero es que usted no tiene que hacer nada para ganarlo, sólo tiene que compartir con la persona adecuada”.
5.- “Como el dinero del partido, por lo general, es el último en entrar a la campaña, un candidato sabio gastará el dinero que ha recolectado en medios de comunicación, a fin de ganar suficientes fracciones en las encuestas para ganarse el amor y la adoración de los apostadores del partido”.
6.- “Algunos candidatos erróneamente acumulan su dinero y se van quedando atrás en las encuestas, planeando gastarlo todo al final. Como consecuencia, esos candidatos nunca parecen viables y el dinero del partido nunca les llega, aún peor, algunos candidatos gastan el primer dinero que recaudan en personal, alquileres y viajes, en lugar de gastarlo en propaganda. Cuando el dinero se acaba, las malas cifras en las encuestas persisten y la candidatura muere”.
7.- “El mal dinero es el que viene con ataduras, y una vez que el candidato toma ese dinero, hereda todo el equipaje político de su donante. Aun si no hace lo que se convierte a los ojos del público, en su precio. La culpa hay que asumirla”.
8.- “Toda donación recibida es un potencial aviso negativo. Vetar dinero es caso tan importante como recaudarlo. A veces algún contribuyente ha sido inculpado o condenado por un delito. ¿El esquema de alguna donación parece sospechoso, sugiere fraude o que el dinero realmente no viene del donante sino de su empleador o su tío?. ¿Alguno de los donantes es un empleado público que trabaja para usted, o un contratista que no se ha beneficiado de su largueza?”.
9.- “La mayoría de los candidatos consideran el hecho de devolver cheques, con el mismo entusiasmo con el que contemplarían la amputación de una pierna, pero el dinero que un político devuelve vale cien veces esa cantidad, frente al costo de tratar de compensar una exigencia ilícita de algún donante. El dinero limpio, limpia la elección y la conciencia”.