“No es el más fuerte ni el más inteligente el que
sobrevive; sino aquél que más.
LO CLARO. Que no quede nadie, sin oportunidades de estudiar.
La mayor preparación académica de los jóvenes, es la condicionante de una sociedad mejor preparada para ser competitiva y en condiciones de generación de riqueza.
El gobierno de Tamaulipas apuesta a lo dicho. En un lapso de 5 años, la base de alumnos becados aumentó sustancialmente su población.
De 125 mil a 195 mil estudiantes; con una bolsa estimada en 2010 de 360 millones y que en el ciclo 2015-2016, alcanzará la cifra récord de 647 millones de pesos invertidos en los futuros profesionistas (en todos los niveles educativos).
No será la falta de recursos el factor que impida el progreso académico de los tamaulipecos.
LO CLAROSCURO. Justo es reconocer, que el blindaje económico de nuestro país (el que ha permitido que transitemos de manera pacífica entre sexenios; contra los descalabros de antaño que nos sumían en inflaciones de 400 por ciento y más); su autor es el economista Ernesto Zedillo. Lo hizo en su sexenio. No fue Calderón.
Pero también estuvo inmerso en el ‘pequeño problema’ que seguimos pagando. El rescate bancario, el que también firmó Calderón.
El caso es que la inefable inteligencia del economista Zedillo, creó una estrategia semi-gubernamental que permitiese la atracción de recursos para fondear proyectos de gran calado.
Les llamaron “Pidiregas” o su definición, Proyectos de Inversión de Impacto Diferidos en el Registro del Gasto.
Estos fondos son asumidos por el gobierno como contratante de empresas privadas y sirven para la ejecución de proyectos estratégicos. Gas, electricidad, carreteras, PEMEX. Y la resultante es que de modo las empresas obtengan recursos frescos que al final –ya en funcionamiento la obra concursada y con la factibilidad de la misma- se reintegre el monto de lo financiado.
La CFE no tendría problemas con este esquema; pues la venta de la energía que resulta de sus proyectos, es comercializada de manera inmediata y recuperada la inversión.
El esquema es bueno, porque no se ‘factura’ en los pasivos de la federación.
La bronca consiste en algo inoportuno de mencionar. Todo indica que será bajo el mismo tenor, la puesta en operación de los proyectos de explotación de hidrocarburos, que se encuentran en licitación.
Ya la dependencia de Emilio Lozoya ha anunciado con bombo y platillos, el descubrimiento de nuevos yacimientos del ‘oro negro’ en las costas del Golfo de México.
Nomás que…
Nadie ha dicho, documentado, especificado, aclarado la fecha tentativa en que el llamado ‘boom energético’ que representa la generación de más barriles de petróleo y gas natural, dé al mercado la primera gota o milímetro cúbico de gas a la venta.
No será posible en el lapso de los siguientes dos años. Eso, es seguro. Y expertos en la materia, a los que pudimos contactar, hablan de una panacea que bien mereciera observarse con mayor detenimiento.
Los recursos obtenidos de el fondeador (Pidiregas) sólo serían reembolsables cuando el proyectos estuviera en marcha y dando utilidades.
Luego entonces… ¿no les preocupa otro Fobaproa?
COLOFÓN. “Tengo las manos limpias” era la frase recurrente de un personaje cuando su Margarita le llamaba a comer a la mesa.
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