1.- La Navidad es un evento anual que sirve para purificar el espíritu, y contagiarnos de sentimientos de amistad, amor y paz. Lo religioso y lo pagano se funden para generar un ambiente de armonía y reconciliación. Por algunos días soñamos que la fantasía del perdón lo borra todo, limpiamos el clóset de calaveras y fantasmas para enterrar el hacha, y proseguir el año venidero con sólo nuevas cuentas por cobrar.
2.- La Navidad es también un capítulo de júbilo y euforia, en el que la mayoría de las personas sienten que tienen razones válidas para exaltarse de entusiasmo. Los ciudadanos bajan sus defensas, se vuelven optimistas y con sus sanas vibraciones producen un ambiente de alborozo, amor y paz.
3.- Los motivos para festejar la Navidad pueden ser muy diversos y personales. Algunos gritan radiantes y achispados porque cobraron un contrato, mientras que otros lo hacen porque al fin se divorciaron y algunos más porque se les murió un viejo amigo o un enemigo viejo.
4.- Por esas razones, la Navidad es una tregua: un armisticio con nosotros y los otros. Suspendemos las hostilidades para examinar nuestra conciencia y hacer un recuento, una verificación y un inventario. Un alto en el camino para revisar errores, admitir culpas, rectificar decisiones y trazar estrategias para ser mejores en el futuro.
5.- Asimismo, la Navidad sirve para auditar la caja fuerte de nuestros valores, y saber los costos morales de nuestro progreso. Lo que ayer fuimos y lo que hoy somos. Es una temporada de limpieza espiritual y de calificaciones sin cinismo, frente al espejo de la verdad de nuestra existencia.
6.- La Navidad es también un momento adecuado para medir nuestra eficacia frente a la vida, desnudar nuestra conciencia, para saber a qué niveles de ética funcionamos, y cuál es la validez moral de las armas que usamos para conseguir lo que queremos.
7.- La Navidad también es propicia para expresar nuestra gratitud, hacia quienes nos han apoyado con afecto y desinterés en los momentos difíciles de nuestra vida.
8.- Por ello, desde este espacio manifiesto mi amplia gratitud a quienes me respaldaron en reciente operación que me practicaron, y en la recuperación de mi salud.
9.- Gracias mil para los doctores Norberto Treviño García Manzo, Jorge Salinas Treviño, Francisco Silva Morales y Mario Ojeda Perdono, así como para mi jefe y amigo Lic. Pedro Alfonso García Hernández, el Doctor Felipe Garza, la Lic. Leticia Hernández y el contador Gustavo Franco López.
10.- Al concluir hoy un ciclo de “Diagnóstico Político”, aprovecho la ocasión para despedirme y desearles a mis distinguidas lectoras y lectores, un selecto repertorio de venturanzas para el año 2016, y expresarles mi promesa de un cordial reencuentro en un futuro próximo.