En esta lucha por la sucesión, la clase política y los grupos de Tamaulipas se han mostrado tal y como son: ordinarios, retrasados, indefinidos y timoratos.
No arriesgan y tampoco se comprometen; juegan como siempre: a no perder.
Cuando Alejandro Guevara Cobos, empezó a moverse, hace más de un año, con la intención primero de ser candidato a diputado federal y desde ahí construir una posible candidatura estatal, muchos, sin sonrojarse se treparon al proyecto del mantense. En el sur Pedro Carrillo, Guadalupe González Galván, Alfonso Salazar, Magdalena Peraza, Fernando Azcárraga, Eduardo Vela, Felipe Pearl y Luis Apertti se asomaron y participaron en los eventos.
Exactamente lo mismo ocurrió en Victoria, Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y otros municipios de la geografía estatal.
A Guevara se le acusó desde entonces de quebrar las reglas de la sucesión. Su presunta cercanía con el Presidente Peña y su cargo como director de Giras de la Presidencia de la República le daba la patente para placearse sin preocupación alguna.
Igual sucedió, aunque de una manera más discreta con Alejandro Ettiene que desde enero del 2015, empezó aparecerse y reunirse con grupos priistas y empresarios del Estado. El objetivo: hacer presencia igual que su tocayo Guevara para medir el ánimo de la gente y construir otra posible candidatura. Coincidentemente, casi todos los que aplaudieron a Guevara, lo hicieron con Etienne. Desde entonces, la clase política dio muestras de servilismo y abyección.
Al concluir la elección del 5 de junio, y con la ficción de haber ganado las 8 de 8, otros, como Enrique Cárdenas y Ramiro Ramos, aceleraron el paso e irrumpió en el escenario estatal otro enviado del centro: Marco Bernal.
Con el pretexto de haber sido protagonista central en la Reforma Energética y arropado por los poderes locales, el amigo de Manlio Fabio, desfiló ante la misma clase política que se entusiasmó con Guevara, Etienne, Enrique, Ramiro y Melhem. Marco y los demás acudieron a cabalgatas, cumpleaños y festejos frívolos a escuchar el respaldo y el aplauso de los mismos actores políticos que cada trienio o sexenio ofrecen y venden apoyos a cambios de espacios de poder.
Paloma Guillén, lo hizo también. Apostando a la equidad, esperó y espera el tropiezo de sus rivales para quedarse con la anhelada candidatura.
El último en entrar al refuego fue Baltazar, quien apenas confesó su deseo de ser gobernador, recibió una metralla de críticas en las redes sociales, cuestionando su pasado. Aún así, los grupos se formaron y le pusieron alfombra al matamorense.
Los grupos priistas, incluyendo actores de la iniciativa privada que simpatizan con el PRI, han demostrado en estos meses de jaloneo que no son leales a ningún proyecto, que se mueven en función de sus intereses. Así lo han demostrado con todos los que aspiran a gobernar Tamaulipas. Van con todos pero no se comprometen con nadie. Un día aplauden a uno, y el día siguiente lo hacen con los otros. Es el oportunismo llevado a su máxima dimensión.
Pero esto sucede porque todavía ninguno de los que quieren ser, traen el consenso. Nadie aún aglutina a las mayorías, ni tiene la certeza de que será el afortunado en el ánimo del Gran Elector.
Para efectos de la unidad que se reclama, esto es una ventaja: pues va a permitir que en cuanto se decida el nombre del candidato, todos se sumarán al elegido, pero evidencia dos cosas: una clase política oportunista que no se la juega ni se compromete con nadie, y unos aspirantes que les ha faltado sumar y consolidar un liderazgo que lo catapulte a la candidatura.
Talachazos
RAMIRO Y MANLIO.-Después de su encuentro con Manlio Fabio Beltrones el pasado lunes, Ramiro Ramos se quitó la capucha y se destapó de manera oficial ya que el líder de los diputados recibió linea para hacer ruido y apretar el paso y así posicionarse junto con Alejandro Ettiene como las dos cartas locales con las que se llegaría a la mesa de las decisiones, llama la atención el activismo de las últimas semanas de Edgardo Mehlem en el Estado. Para quienes fuera de la contienda, el coordinador de los diputados federales está mandando señales de que esta en la jugada. Y es que como lo anotábamos en espacios anteriores.
Por ahora, nada esta resuelto.
ALMARAZ SE MUEVE.-El que ayer dio también la nota fue Oscar Almaraz, quien subliminalmente empezó a repartir pegotes con imágenes de Santa Clos. Esta iniciativa evidencia una vez más que el ex tesorero está en la delantera priista por la alcaldía. La pelea estará entre Ricardo Rodríguez, Heriberto Ruiz y Almaraz, con una ventaja amplia del ex secretario de Finanzas.