Para fines prácticos, el año político del PRI terminará sin certeza sobre quién será su abanderado. Ni uno sólo de los rumores sobre posibles declinaciones se ha cumplido y seguramente ninguno se confirmará de aquí a que concluya el 2015.
Ni Marco Antonio Bernal declinó en favor, ni Edgar Melhem para apoyar a Baltazar Hinojosa, ni Guevara Cobos ni Enrique Cárdenas se bajaron de la contienda.
Por el contrario, Bernal ha intensificado el paso de sus recorridos por todo el estado y parece muy lejos de tirar la toalla. El Secretario General Adjunto del CEN del PRI se sabe entre los finalistas.
Cárdenas del Avellano por su parte, sube el tono de sus declaraciones y envía el mensaje de que no será tan sencillo frenar su proyecto.
Y el aspirante de El Mante, un día antes de que la mayoría entre en una especie de tregua navideña, se dice listo para lo que mande su partido.
Nunca -a pesar de llevar su consulta ciudadana a toda la entidad- había hablado con tanta claridad sobre sus aspiraciones.
En conclusión, la competencia interna del PRI está mucho más viva que cuando comenzó. Hay más nombres en la lista, pero eso no es necesariamente negativo. El problema es que a la par del número de aspirantes, también se han incrementado los niveles de tensión. El fuego amigo cada vez es más difícil de esconder y los apretones de mano cada vez parecen menos sinceros.
Pero este fue precisamente el camino que eligió el PRI, claramente sinuoso y con alto riesgo.
Porque al grito de “se vale todo”, las grietas al interior son una posibilidad cada vez más real.
Otra carta panista
Vale la pena poner atención al nombramiento de Víctor Hugo Martínez como Secretario municipal de Desarrollo Social. Porque su desembarco en ese puesto clave viene acompañado de una evidente exposición mediática que bien podría entenderse como un intento de posicionamiento rumbo al 2016.
Y porque prácticamente al mismo tiempo, ha salido del reflector el antiguo coordinador del área, Joe Vega, a quien muchos veían como aspirante a la alcaldía.
¿Alianzas?
Sigue viva la posibilidad de una alianza entre el PAN, PRD y otros partidos de oposición para la lucha por la gubernatura de Tamaulipas. Porque el IETAM aplazó hasta el 20 de enero la fecha límite para registrar las coaliciones y porque las dirigencias nacionales de los dos partidos todavía se encuentran en negociaciones para concretar en cuáles de las 12 entidades donde se renovarán gobiernos
estatales irán unidos a la elección. Así que esta semana puede ser decisiva para el futuro de la hipotética “mega alianza” opositora de Tamaulipas.