Antes de la Navidad, PRD y PAN se pusieron de acuerdo para formalizar sus alianzas en Zacatecas y Durango; en la primera entidad será el partido del Sol Azteca el que designe al candidato y en Durango, serán los blanquiazules.
En realidad, el asunto de las famosas alianzas opositoras es un asunto de sumas y restas. Cero ideología, mucho pragmatismo.
Ambos partidos -opuestos en su naturaleza política- están negociando una por una las fichas de las 12 entidades donde el año entrante se elegirá a nuevos gobernadores.
Donde el PAN lleva ventaja, el PRD cede para que ellos designen al candidato y viceversa. El partido en desventaja va como mero acompañante en la dichosa coalición.
El problema es en aquellas entidades donde la competencia está cerrada, por ejemplo en Tlaxcala donde ambos partidos dicen contar con buenas posibilidades.
En el caso de Tamaulipas huelga decir, que la decisión de quién abanderaría la alianza correspondería a Acción Nacional, porque el PRD no sólo carece de cuadros respetables para proponer como candidatos, sino que además puede garantizar tan pocos votos que para el PAN no debería ser prioridad contar con su “apoyo”.
Por eso, Tamaulipas no está en la mesa de negociación como un tema importante. El PRD acaso lo usaría como el “extra” para negociar algún otro estado en disputa.
Por lo pronto, ayer Agustín Basave, el dirigente nacional del PRD, aseguró que las pláticas con el PAN se mantienen, pero seguramente no habrá noticias hasta que comience el próximo año, el 4 de enero concretamente.
Mientras tanto, los perredistas locales seguirán amagando, intentando poner sobre la mesa un capital político que no tienen.
Por lo pronto, el PRI ya destapó candidatos en dos estados del norte: Durango y Chihuahua. El primero hace ya más de dos semanas, y el segundo apenas ayer.
Sin que ello necesariamente marque una tendencia y mucho menos pueda tomarse como una premonición de lo que ocurrirá en Tamaulipas, vale la pena poner atención en el perfil de los dos primeros elegidos.
Se trata de dos alcaldes que pidieron licencia para buscar la candidatura, y en ambos casos eran considerados los “favoritos” del gobernador.
Por Durango el candidato será Esteban Villegas, alcalde con licencia de la ciudad de Durango, apoyado con entusiasmo por el mandatario Jorge Herrera; y en Chihuahua el candidato recién destapado ayer se llama Enrique Serano, edil de Ciudad Juárez, quien también fue visto por muchos como el “delfín” de César Duarte.




