Sé que no lo hizo solo. Sé que para iniciar el retorno a la normalidad, así sea poco a poco, recibió ayuda de muchas autoridades y sociedad en general. Eso me queda claro.
Lo que no sé, es porque casi siempre vi prácticamente solo al alcalde Alejandro Etienne, con Eliseo Leal, gerente de la COMAPA, como acompañante, en todos los pasos que se dieron para devolverles a los victorenses el suministro de agua potable.
Me pregunto: ¿Dónde estuvieron todo ese tiempo los diputados locales por los distritos de Victoria?
¿No se comprometieron al momento de rendir su protesta en el Congreso Local
a hacer su mejor esfuerzo por el bienestar de sus conciudadanos y de sus familias en general?
Tal vez no estuve en el lugar apropiado o asistí en la hora justa, pero en ningún momento vi en esos días de emergencia al diputado local Ricardo Rodríguez o a la diputada Blanca Valles, aportando por lo menos su solidaridad y tiempo a quienes sufrían y en muchos casos aún sufren, el drama de no tener agua en sus hogares y medios de subsistencia.
Una disculpa por mi injerencia imprudente en las agendas personales de ambos legisladores, pero me parece que la presencia de los diputados hubiera sido una auténtica señal de preocupación por la población afectada y quizás también de respaldo al Presidente Municipal, quien, es necesario reconocerlo, renunció a las vacaciones decembrinas y se arremangó la camisa para trabajar al lado de técnicos y cuadrillas.
Sin duda era y es su obligación como jefe de comuna, pero también lo es de quienes en teoría son representantes del pueblo y optaron por seguir, eso parece, disfrutando de estos
días de asueto.
Cada quien es dueño de hacer lo que mejor le parezca con su tiempo, pero en el caso de los legisladores mencionados no entiendo cómo se puede aspirar a ser un alcalde –los dos han hecho pública esa aspiración– si no se tiene la voluntad de servir y una dosis del necesario espíritu de sacrificio que reclama un puesto de ese nivel.
Si me equivoqué y no los vi o supe de ellos por alguna razón en esa crisis, les ofrezco mi más sincera disculpa…
UNA FECHA ESPECIAL
Hoy es 28 de diciembre. Una fecha importante para muchos y en especial, para su servidor.
Este día cumple un año más de su partida final, mi padre.
Y después de 16 años, lo sigo extrañando tan intensamente como el primer día en que lo vi por última vez. Imagino que será así hasta el final de mis días, como lo fue para él con mi abuelo, cuyo recuerdo todavía arrancaba lágrimas a mi padre, 50 años después de haber perdido al suyo.
Me hace falta su guía. Pese al tiempo transcurrido y a una edad en la que muchos esperan que sea de mi de donde surjan los consejos, sigo necesitando los de mi añorado viejo. Vaya que los necesito.
Como epílogo parcial de esta pequeña historia, hay algo que, curiosamente, hoy me acerca más a mi padre.
En vida nunca puede hablarle de tú, aunque él nunca me lo prohibió. Me infundía tanto respeto que éste dominaba a mi deseo de confianza y es apenas ahora, cuando lo puedo sentir sólo en espíritu, cuando me atrevo a tutearlo.
Imagino su rostro cuando le hablo así. Un rictus de fingido enojo, seguido de una sonrisa pícara y una frase muy de él: “Por fin, hijo”, diría, “se te quitó lo conejo…”
Twitter: @LABERINTOS_HOY
