El actual entorno internacional tiene nerviosas a varias economías del mundo, en particular las emergentes como la mexicana, ya que los riesgos de recesión y crisis cada día que pasa son más latentes.
Esto es el resultado de la desaceleración de la economía China, el bajo crecimiento de las economías desarrolladas, tales como Italia, Francia, Estados Unidos, Japón, incluso hasta Alemania, y la caída en los precios del barril del petróleo.
La situación que podría enfrentar la economía mexicana ante tal escenario de volatilidad en los mercados internacionales, no puede ser todavía predecible de manera puntual; sin embargo, si lo ejemplificáramos con los efectos del clima, diríamos que en el Golfo de México o en el Pacífico se encuentra un huracán estacionado de categoría 2, que por sus características podría seguir creciendo y convertirse en un huracán de categoría 5, el cual podría tener efectos catastróficos por su nivel destructivo, acabaría con muchos negocios, destruiría infraestructura, la población perdería su patrimonio, su fuente de empleo, habría más delitos, entre otras consecuencias. Para el gobierno mexicano y para la inversión privada representa una gran pérdida.
La recuperación de lo perdido los obligaría al endeudamiento.
Es decir, la inestabilidad actual, tendrá efectos en el corto y mediano plazo en materia de empleo, falta de liquidez para las empresas, bajas exportaciones, gobierno muy débil, creciente cartera de deuda y un crecimiento no tan acelerado de los precios.
Empezaremos por definir los efectos en las empresas, en particular, las que cotizan en bolsa, ya que éstas podrían ser las más afectadas, todo depende de la salida de inversionistas en bolsa, si la salida es masiva, el valor de las empresas en el mercado disminuiría y aún peor, enfrentarían problemas de liquidez.
La propuesta de Carstens, es interesante y podría ser una válvula de escape a este problema, ya que ellos adquirirían gran parte de los activos que se encuentran en manos de inversionistas extranjeros, esto sería un mecanismo para dejar sin efectos la salida de capital, aunque implicaría una disminución en las reservas internacionales.
Lo interesante, es que al menos el Banco de México, tiene claro los problemas financieros que podría enfrentar, y se está preparando para intervenir y evitar que la caída en la economía no sea tan severa. Pero por el lado de gobierno federal, las señales no han llegado, lo cual preocupa. Lo cierto, es que tampoco tiene mucho margen de manejo, por el lado de la política fiscal. Al igual que los inversionistas, tendrá que buscar fuentes alternas de financiamiento, proporcionando tasas de interés mucho mayores.
Por ello es que se tiene que ser muy estratégico en el uso de esos recursos, empleándolos en la creación de infraestructura que incentive el desarrollo de actividades que elaboren bienes con un alto contenido agregado.
En este escenario de inestabilidad, el principal problema que enfrentará el país es el aumento de desempleo, ya que es muy probable que al perder dinamismo la economía mexicana, acumule más inventarios o simplemente disminuya la intensidad productiva, lo que implicará una reducción en la planta laboral.
En el caso del sector público, el desempleo también se hará presente, dado que sus ingresos han disminuido de manera significativa. En el caso de los precios, variarán pero no como los observados en crisis anteriores.