21 diciembre, 2025

21 diciembre, 2025

Cuadrante político

Vamos a ganar contundentemente

Cuadrante político

Cielo aborregado y explanada de muchedumbres trashumantes, rumiantes, digestivas del nuevo verbo solar. El mediodía era perfecto y la luz plena y generosa los cobijaba a todos.

Balta y su discurso medido, acentuado en la prudencia. La palabra gratitud fue la primera que salió de su boca, como gota cristalina destinada a refrescar la garganta del tiempo circular y renovador. Narrativa de la fertilidad política, concebida como la atemporalidad de una historia más vigente que nunca. Pri, pri, pri, pri, pri, graznaba el animador. La guerra había empezado. 

El partido tricolor seguía ahí, como avalancha de cuerpos y de banderas; remolino de almas sacadas del inframundo, purificadas en el contacto de la pertenencia común: el político, el campesino, los colonos, el joven, el viejo, las mujeres. Sexo, economía, militancia, tradición, cálculo y estupor, vaciados en  el mismo cáliz, de una misa sexenal, cuyo signo hegemónico es la mudanza de nombres, estilos y decisiones. Baltazar vestía un chaleco rojo acolchado, que proyectaba una imagen de blindaje y poder. Era sábado. Se vivía el estallido bautismal de las masas.

El candidato avanzó despacio, saludando, sonriendo, cobijado ya por la aureola inequívoca del relevo. A su espalda, la corte de operadores y dirigentes, protagonistas del proceso interno, completaban la atmósfera de la embestida ritual. Rafael González Benavides sonreía consciente de su pecado original. El Diablito De las Fuentes, avanzaba más rezagado, casi casi expulsado del cielo  tamaulipeco, como un ángel caído que en los minutos siguientes, pasaría desapercibido. Nadie lo peló.

En cambio, el chetumaleño Joaquín Hendricks Díaz, reverberaba como una  máscara de chapopote, sudorosa y oscura, bajo un clima norteño, muy  diferente al ambiente húmedo del Caribe. Era el enviado de Manlio Fabio Beltrones. Hacia él se dirigiría Baltazar, para expresarle un diagnóstico que no admite  medias tintas, y que ya desde ahora, busca despejar dudas en esta lucha política por la silla de Egidio Torre  Cantú: “Dígale usted don Joaquín a nuestro Presidente del partido, que aquí en Tamaulipas vamos a ganar contundentemente”. “Vamos a seguir siendo orgullo de la unidad, en el priismo de México”.

Ahí arriba del gran templete, como actores que legitimaban la asunción del ungido, daban la cara cinco de seis priístas. El sexto se había perdido, agobiado por su vehemencia, perturbadora de la razón. Sentimiento vivo y descarnado, refugiado en algún paisaje terapéutico del planeta, donde a esas horas estaría curándose las bestias emocionales, devoradoras de sus entrañas.

Ramiro Ramos, Paloma Guillén, Marco Antonio Bernal, Alejandro Etienne y Alejandro Guevara, pasaron lista de presentes, en la voz agradecida y conciliadora del candidato. “Y hasta donde se encuentre, va también mi afecto  y reconocimiento a Enrique Cárdenas”, remató Balta, con la mano de la concordia tendida, esperando una respuesta. Ayer domingo, en su primera rueda de prensa, BHO despejó cualquier duda al respecto: “Enrique va a ser una gente que va a estar muy cerca de un servidor”. ¿Jefe de Campaña? Y ya después  Secretario General de Gobierno? La segunda esquina, es la oficina más cercana al Ejecutivo.

Balta hizo subir la Bolsa de valores políticos, cuando aseguró: “Todos van a ser incluidos en mi proyecto”.

El sábado, Manuel Cavazos Lerma, en su categoría de ex gobernador, se  quedaría con toda la canasta de los dulces, cuando fue definido por el candidato, como “un gran amigo, por el cual tengo un gran aprecio y reconocimiento”. El ex mandatario estatal, y actual senador de la república, no pudo, ni quiso ocultar una sonrisa de satisfacción. Y no era para menos: después de casi dos décadas de haber ejercido el poder en Tamaulipas, MCL continúa vigente en el escenario de la política.

El viernes por la noche, en la cena de la unidad, el ex gobernador Eugenio  Hernández Flores, apareció en una foto emblemática, flanqueando con el gobernador Egidio Torre a un sonriente abanderado del PRI a la gubernatura. De izquierda a derecha, Geño, Balta y Egidio traen chamarras negras y se ven contentos. El mensaje que envían, no puede ser más claro: frente al PAN, la unidad del PRI en el estado, es a toda prueba.

En los primeros días de la gloria baltazarista, no han aparecido de lleno los  miembros del nuevo equipo. Personajes como Jesús Collado, Luis Fernando  Mansilla, Bladimir Martínez y Antonio Huerta Ramos se han manejado con suma discreción. Su mesura y sensatez contrasta con la de otros personajes  desbocados que ya se hicieron presentes ayer, en la entrega de su constancia como precandidato.

POSDATA: Elementos que no son precedidos de un buen historial político, andan rondando como zopilotes. Esperemos que no tengan cabida en el equipo del futuro tamaulipeco. En lugar de significar activos, representarían  deplorables pasivos, en la  guerra por el poder que se avecina.

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