CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- De los más de cien niños integrados a la Casa Hogar del Niño en Victoria, sólo siete están en condiciones de ser adoptados, son pequeños, que han dejado el concepto de orfandad por medidas legales.
La estancia de los niños del DIF en su mayoría, obedecen a medidas de protección contra circunstancias que desfavorecen el desarrollo de los infantes. La población consta de cien pequeños.
El principal objetivo del DIF es reinsertar al niño en su familia extensa, es decir, entre los tíos o parientes cercanos por ello sólo siete tienen en la actualidad la oportunidad de llegar a un nuevo hogar.
En el año 2015 se expidieron 48 certificados de idoneidad a matrimonios que buscan adoptar un niño. Sólo 15 niños pudieron acceder a un hogar. Sus edades oscilaban entre un mes de nacidos hasta los cinco años.
El interés de los nuevos padres, refiere Giancarlo Bonetta Cavazos, director de Protección Intergral de niños, niñas y adolescentes, es llevar un bebé a casa, sin embrago, el Sistema DIF en Escuela para Padres, hace ver la importancia de adoptar también a niños mayores de cinco años.
«Lo importante aquí es hacer valer el derecho de los niños de vivir en familia, es lo que principalmente se busca. Los matrimonios que desean ser padres se someten a entrevistas de psicología, exámenes médicos y de igual manera realizan valoraciones psicológicas, esto para revisar la actitud de un matrimonio para recibir a un nuevo miembro en la familia».
La evaluación corre a cargo del Consejo Técnico de Adopciones, integrado por el Coordinador de Centros Asistenciales, la Procuraduría, la Directora de Casa Hogar del Niño y la Dirección de Protección Integral de niños, niñas y adolescentes.
La mayoría de las solicitudes llegan primero de manera tímida vía telefónica, lo primero que los padres desean es conocer los requisitos para hacer la solicitud de un bebé.
Ahora pueden adoptar también las parejas que han decidido vivir en unión libre, siempre y cuando exista un sustento legal comprobado de que ese estado civil es el deseo de los futuros padres.
«La infertilidad de uno de los cónyuges es la principal causa por la que se busca un hijo en adopción», dice Giancarlo Bonetta.
Los requisitos son solicitud de adopción, acta de nacimiento, acta de matrimonio, una orden judicial que determine la unión libre legal, examen de toxicología, historia del matrimonio, escrita a mano, y la firma de un documento donde el matrimonio acepta la visita mensual de un trabajador social y seguimiento para bienestar del niño.
Sin embargo el consejo tratan de persuadir el deseo de aquellos que quieren adoptar por fines altruistas.
«Estas parejas altruistas, son los matrimonios que ya tienen hijos y quieren ayudar, pero a nosotros nos interesan los matrimonios con el deseo de ser padres, porque en ese deseo es que vamos a aguantar y sobrellevar la gran responsabilidad que implica guiar y proteger a un menor de edad.
Los avances en el procedimiento de adopción a partir del año 2012 ha permitido claridad al procedimiento y confianza al usuario, eso se ha demostrado en el incremento de solicitudes para ser padres que en ocasiones hasta en 20 días, luego de ser calificados como buenos padres, pueden tener a un bebé en casa.
El resto de los niños mayores de cinco años que se quedan en el DIF tienen una infancia feliz, Giancarlo Bonetta, director de Protección Intergral de niños, niñas y adolescentes, trabaja en cambiar la idea de los niños que habitan en Casa Hogar.
Algunos de los niños asisten a las escuelas públicas de la localidad, pueden estar inmersos en educación primaria y secundaria, incluso en clases de inglés en el CEINA de la UAT.
«Ellos son niños normales, que como todos alguna vez pasamos una etapa adversa en la vida, nos sobreponemos a un divorcio, al desempleo, es normal, la única diferencia es que a ellos les pasa en una temprana edad, pero se reponen».
“Ni se quieren ir, a veces quieren esperar a tener la mayoría de edad, aquí juegan, cuando viene el gobernador platican con él, y la señora María del Pilar les visita continuamente, está al pendiente de ellos», dice Giancarlo.
Los conflictos con los niños mayores son los mismos que con cualquier otro adolescente, sólo que aquí los detalles escolares los arreglan las trabajadoras sociales, pues en las discusiones escolares aquella vieja amenaza infantil revive.
«Ellos se sienten tan seguros, que luego dicen: «Vas a ver le voy a decir a mi papá, mi papá es el gobernador»… Y esos detalles se arreglan, como en cualquier otra familia.
Una vez que cumplen 17 años al interior de Casa Hogar, a través del programa Autonomía Progresiva, se otorga una beca para que los jóvenes puedan salir a estudiar o insertarles en el mercado laboral.




