Por si quedaba alguna duda de que Pemex atraviesa una grave crisis, ayer el Gobierno federal realizó un ajuste en el más alto nivel para dejar fuera a Emilio Lozoya, y poner en su lugar a José Antonio González, quien se desempeñaba como titular del Instituto Mexicano del Seguro Social.
El movimiento del presidente Peña Nieto de algún modo da crédito a los trascendidos que surgieron apenas iniciada la semana: el ahora ex titular de Petróleos Mexicanos colmó la paciencia de Luis Videgaray, capitán de la estrategia económica del gobierno federal.
A Lozoya lo responsabilizan de la situación que vive la empresa. No ha sabido capotear la tormenta que azota a la industria energética mundial.
En el Gobierno federal entienden que se debe hacer más de lo que se está haciendo para revertir la crisis que ya impacta dramáticamente a regiones del país como Veracruz, Tabasco y Campeche, donde decenas de empresas hacen fila para cobrar contratos a Pemex y poder pagar a sus empleados.
Como un guiño para las crónicas, quedará el recuerdo de que el presidente realizó ayer por la mañana una visita de trabajo a Poza Rica, Veracruz, joya y baluarte petrolero del Golfo de México, y por la tarde anunció el guillotinazo.
Desconcierta el diagnóstico de Los Pinos. En el momento más importante de la historia moderna para la industria petrolera mexicana, la recién nombrada empresa productiva del Estado estuvo comandada por alguien que no mostró la capacidad suficiente, primero para aprovechar las supuestas bondades de la reforma energética, y después para atravesar la crisis global con la menor cantidad de daños posible.
Lo que viene para Pemex es un proceso doloroso. Dicen los que conocen su trayectoria que José Antonio González es un especialista en apagar fuegos con la aplicación de recortes para eficiente el gasto.
La lógica dicta que los 10 mil empleados que se liquidaron en el 2015, serán pocos en comparación con el número que ya se tiene en mente para este 2016.
Y en lo que concierne a la región, la inversión pendiente de Pemex para el puerto Matamoros se ve cada vez más lejano.
Candidatos, esta semana
Esta semana será crucial para los aspirantes a las candidaturas a la alcaldía de Matamoros. En el caso del PRI, hay dos claros finalistas: Jesús de la Garza Díaz del Guante y Mónica González García, ambos completamente disponibles por estar ya separados de sus cargos.
En Acción Nacional el escenario es bastante más complejo. Igual que en el caso de la gubernatura, deberá verse la mano del Comité Ejecutivo Nacional para evitar que las heridas del proceso de selección los alejen de una posible victoria el 5 de junio.
En las filas blanquiazules hay tres grupos en pugna claramente definidos. Si no son capaces de llegar a acuerdos mínimos de convivencia, estarían caminando al borde de la cornisa.




