No obstante los augurios de que la llamada volatilidad financiera internacional es transitoria, mientras las cosas vuelvan a la normalidad, el fenómeno está causando zozobra y problemas en la mayoría de los países, entre ellos México.
Los petroprecios siguen a la baja, el dólar estadounidense volvió a rebasar la barrera de los 19 pesos y, como consecuencia del fuerte impacto que estas dificultades están ocasionando en nuestra economía, el gobierno se ha visto en la necesidad de imponer un nuevo ajuste al gasto público.
Como resultado de esta disposición, además, Petróleos Mexicanos tendría que despedir a otros 16 mil trabajadores.
La onda expansiva causada por esta crisis y los escándalos de corrupción que han afectado a Pemex, ya cobraron la primera víctima. Emilio Lozoya Austin renunció ayer como director general de la paraestatal.
Por si esto no fuera suficiente, el precio de la tortilla, principal alimento de las familias pobres, ya se vende en algunas partes a más de 16 pesos el kilo.
¿En qué medida afectarán estos problemas el proceso electoral?, no se tiene idea, sin embargo, la mera información ya está causando nerviosismo y malestar social, reacciones que, de una u otra manera, podrían verse reflejadas en las votaciones, sobre todo si una eventual afectación al bolsillo de los electores se hiciera tangible antes de los comicios del 5 de junio.
Ya que hablamos de petróleos, según trascendió en los días recientes, el ex secretario general de la Sección Uno del STPRM y precandidato independiente a alcalde del municipio de Madero, Jesús Olvera Méndez, fue llamado hace dos semanas
a la capital del país por el dirigente nacional del gremio de Pemex, Carlos Romero Deschamps.
¿El motivo? Aparentemente, que el nativo del Barrio del Golfo le habría pedido que se retire de la contienda, pero aún no lo ha hecho, aunque sus allegados piensan que, con este tipo de presiones, seguramente el aspirante terminará por abandonar la competencia.
La realidad es que Chuy está muy molesto porque lo jubilaron anticipadamente, y junto con otros trabajadores petroleros que se encuentran en situación similar quiere cobrarles la factura a los autores de la maniobra jugándole las contras al sindicato en la disputa de la alcaldía.
Se rumora, asimismo, que otros destacados miembros del organismo, como
el ex diputado federal Gustavo González Balderas, también se uniría al grupo de los inconformes y participaría en la contienda como candidato a presidente municipal de alguno de los partidos políticos minoritarios.
Mientras se conoce el desenlace del caso, el dirigente Humberto Oliva Barreda sigue siendo el favorito para adjudicarse la postulación, aunque hay quienes no pierden la esperanza de que el elegido sea el diputado Erasmo González Robledo,
el principal prospecto de los grupos no petroleros.
Hablando de otros asuntos, como lo mencionamos en la columna del domingo de que si se les pasaba la mano en el golpeteo contra precandidato del PAN a gobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, iban a victimizarlo y en lugar de demeritarlo y restarle simpatizantes lo encumbrarían, ha empezado a suceder.
La suspensión de la precampaña del contendiente de Acción Nacional decretada por el IETAM, porque supuestamente el abanderado no se registró a tiempo, ha provocado el efecto contrario. En las redes sociales, en las columnas políticas y en la mesas de café, el tema ha acaparado la atención de los ciudadanos.
Lo peor del caso es que, además de que no son pocos los votantes que ven en esas disposiciones una campaña contra el virtual candidato albiceleste, los que no le veían posibilidades de pelearle al tú por tú al PRI la gubernatura, han empezado a cambiar de opinión y el senador con licencia ha aprovechado la situación para hacerse la víctima.
Otro riesgo, además, es que si, como consecuencia de todo este lío, el INE desplaza al IETAM como árbitro del proceso político electoral del Estado, la credibilidad y la imagen del árbitro político tamaulipeco, ya de por sí fuertemente cuestionada, quedaría por los suelos.
