5 agosto, 2025

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Encarcelar no resuelve inseguridad: Papa

Jorge Bergoglio hizo notar que las cárceles a menudo son lugares en las cuales lo único que se busca es evitar que los presos sigan cometiendo delitos, sin atender sus necesidades humanas

CIUDAD JUÁREZ, Chihuahua.- Los círculos de la violencia y la delincuencia prevalecen bajo un enfoque de seguridad que lleva décadas fracasando, advirtió el Papa Francisco.

«Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando, sacándonos los problemas de encima, creyendo que estas medidas solucionan verdaderamente los problemas», dijo.

Desde el Cereso No. 3 de Ciudad Juárez, el Pontífice llamó a resolver los problemas estructurales que llevan al crimen a través de un sistema que proteja el tejido social.

«El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social», señaló ante 700 presos.

Las cárceles, recordó, son un reflejo del estado de salud de la comunidad.

«Las cárceles son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte», dijo.

Por ello, también es importante que los que han cumplido condenas por sus delitos logren ingresar nuevamente en la sociedad de una manera digna.

«La misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza acá en estas paredes; sino que comienza antes, comienza «afuera», en las calles de la ciudad», opinó.

«La reinserción o rehabilitación comienza creando un sistema que podríamos llamarlo de salud social, es decir, una sociedad que busque no enfermar contaminando las relaciones en el barrio, en las escuelas, en las plazas, en las calles, en los hogares, en todo el espectro social», argumentó.

«Un sistema de salud social que procure generar una cultura que actúe y busque prevenir aquellas situaciones, aquellos caminos que terminan lastimando y deteriorando el tejido social», indicó.

Jorge Bergoglio hizo notar que las cárceles a menudo son lugares en las cuales lo único que se busca es evitar que los presos sigan cometiendo delitos, sin atender sus necesidades humanas.

«A veces pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de rehabilitación que permitan atender los problemas sociales, psicológicos y familiares que llevaron a una persona a determinada actitud», reflexionó.

Francisco subrayó de esta manera la difícil situación que viven aquellos que se encuentran encarcelados, muchos de los cuales provienen de contextos de marginación, lo que constituye un paso más en su viaje hacia las periferias geográficas y existenciales.

Según él, lo verdaderamente urgente y útil para resolver la violencia en México es que se tomen medidas de largo alcance para romper los ciclos del crimen.

«El camino urgente que debemos tomar para romper los círculos de la violencia y de la delincuencia».

Reciben internos al Pontífice

En su mensaje de bienvenida, los presos del Cereso 3 de Ciudad Juárez expusieron la vulnerabilidad que sienten al ser encarcelados.

En voz de una de las internas, el mensaje para el Papa Francisco fue un llamado para quienes pierden la esperanza por vivir en reclusión.

«La mayoría tenemos la esperanza de la redención y en algunos casos la voluntad de conseguirla. En estos lugares donde se pone a prueba el espíritu y la fortaleza de tu fe, la entrada a prisión implica el aislamiento de las personas que más amamos», dijeron al Papa.

«Santo Padre Francisco, su visita quedará grabada en nuestros corazones. Su amable presencia de peregrino nos llena de ilusión y alegría; pues la visita que recibe un interno se convierte en un alimento que nos nutre de fe y esperanza de pronto volver a casa y reencontrarnos con los nuestros», afirmaron.

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