CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- «Canela» estuvo hospitalizada ayer, cayó de espalda del sofá de su casa, se lastimó el cuello, tenía trauma cervical y problemas neurológicos, requería estudios específicos sobre los conflictos de salud que vivía.
Es un french poodle que ocupó por un día, una de las habitaciones del nuevo Hospital de Pequeñas Especies de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, ubicado en el bulevar José Sulaimán.
«Esta paciente fue referida de otra clínica particular de mascotas en la ciudad. Ahí estabilizaron su dolor. La enviaron para encontrar el diagnóstico que estaba afectando su sistema nervioso y le impedía incorporarse. Si esto no se hubiera atendido hubiera consecuencias en su estado de salud», explica el coordinador del Hospital, Carlos Barrón.
El otro paciente «Mechuda», se encuentra en terapia intensiva por un padecimiento llamado Piometra o infección de la matriz en un estado avanzado que había ocasionado conflictos en su organismo, en este caso conflictos renales a causa del daño en su riñón.
Ellas son dos de los 95 pacientes que en un mes ha recibido el Hospital de Pequeñas Especies, un número de pacientes que ha sobrepasado las expectativas del hospital a la hora de su creación.
La mayoría de los pacientes han llegado por problemas de la piel como sarna, infecciones bacterianas, tumores en genitales, conflictos ortopédicos por accidentes viales y fracturas.
«Para la respuesta que hemos tenido, creo que sí hacía falta este hospital. Cuando trabajábamos en La Posta en la Facultad, uno de los conflictos era la distancia de 5 kilómetros fuera de la ciudad. Pero la verdad el número nos ha rebasado», explica el Médico Veterinario Carlos Barrón.
El espacio cuenta con hospitalización, aislamiento para animales que vengan con padecimientos infecciosos como moquillo y hospitalización en terapia intensiva y hospitalización general y consulta externa. «El trato que se les da a las mascotas en el hospital es procurando no causar más dolor del que ya puedan traer, los perritos no se van a sentir como en casa, se estresan por estar en un lugar aislado y de poco espacio, pero así es necesario que los tengamos, el trato que nosotros les damos es para mejorar su estado de salud y procurando su bienestar».
En el Hospital de Mascotas, 10 alumnos de Medicina Veterinaria de la Universidad Autónoma de Tamaulipas realizan sus prácticas y guardias nocturnas cuando un paciente requiere atención las 24 horas del día en terapia intensiva.
Los planes son hacer estancias junto a alumnos de otras Universidades del país y atender a las mascotas con los servicios más avanzados en tecnología.
Los precios que se manejan son similares a los que ofrece cualquier otra clínica veterinaria de la localidad, con una consulta externa de 200 pesos, 150 pesos diarios por hospitalización y el medicamento por separado.
«Mechuda», es otra Poodle que espera con paciencia su recuperación, respira lentamente, mientras pasa el suero a su organismo.
Las clínicas veterinarias particulares otorgan las primeras atenciones y salvan la vida de estos miembros de muchas familias victorenses.
Carlos Barrón, Médico Veterinario desde hace 25 años asegura que en los inicios de su carrera encontraba que en Victoria los propietarios de perros y gatos medicaban a sus mascotas.
«Era difícil hacer preguntas al dueño del perro o gato, no se podía tener un expediente bien formado de la mascota. Ahora creo que esto ha evolucionando y las mascotas han llegado a ser parte de las familias, al grado que ya pagan servicios veterinarios por ellos como el miembro de la familia que proporciona satisfacción y compañía».
«Mechuda», está consciente ahora, la anestesia comienza a pasar y con la plática de la entrevista que quizá le recuerda al murmullo de la casa donde vive, decide dormir, se siete relajada y descansa por un rato.
