10 diciembre, 2025

10 diciembre, 2025

Laberintos del poder

La forma y el fondo

Laberintos del poder

Los dictámenes del IETAM que dejaron fuera de la contienda electoral de este año a docenas de aspirantes a candidatos independientes, deben ser valorados como una lección. Una importante lección.
Para entenderla, en mi opinión es necesario formular –y tratar de responderla– una pregunta fundamental:

¿Por qué el rechazo masivo a tantas solicitudes de registro?

La respuesta podría darse en dos vertientes: No la clásica buena y mala, sino la de forma y la de fondo.

Empezaré por la forma.

Sin excepción, los consejeros del Instituto Estatal Electoral afirmarán, con toda razón, que lo que hicieron al mandar al cuerno esos casos, fue simplemente apegarse a la ley. No había manera de darse el lujo de interpretaciones sobre el texto de la misma. Se apegaron rigurosamente a la letra de los ordenamientos en la materia, para anular la posibilidad de un gran número de ciudadanos a ser votados sin la etiqueta de un partido, al no reunir esos pretendientes los requisitos necesarios para autorizar su candidatura.

En tres palabras, hicieron lo correcto. Nadie lo puede negar.

La segunda respuesta, es la derivada del fondo de estos veredictos. Y me parece que es en este caso, la más importante.

La explicación evidente del “tronadero” que llevó a cabo el IETAM, es que la gran mayoría de quienes intentaron registrarse con ese perfil lo hicieron, en una clara muestra de falta de respeto a la sociedad, sobre una visión de la política como terreno para el chacoteo y en algunos casos, como trampolín para conseguir beneficios personales.

Este escenario fue anticipado oportunamente. En ese bloque reprobado, además de algunos ciudadanos de buena fe pero sin recursos –que los hubo– también se encontraban en un grueso racimo juniors chicharroneros, arribistas, buscadores de prebendas, protagonistas de ocurrencias de café o de cantina y ejemplares acostumbrados a los arreglos bajo la mesa. Esta nube de villamelones de la política se llevó entre las piernas a la imagen de quienes intentaron registrarse por un auténtico espíritu de servicio.

En los hechos, la oportunidad dorada de fortalecer la democracia se perdió por la falta de vocación mostrada por muchos y sobre todo por la ausencia de ética.

¿Cuál es entonces la lección que deja esta experiencia?
Puedo intentar responder estrictamente a título personal.

Me parece que la decepción inicial de esta aventura democrática no debe menguar el ánimo de los ciudadanos para seguir aspirando a ser candidatos sin la bandera de un partido. Me parece que por magro que pueda ser ahora el balance, lo trascendente es que se abrió la puerta a opciones que si bien no resultaron lo que muchos esperaban, por lo menos refrescaron el ambiente político que los partidos han tomado históricamente como patrimonio exclusivo.

De ninguna manera debe darse marcha atrás en materia de candidatos independientes. Este fue el primer paso en Tamaulipas y con seguridad, si aprovechamos la lección, el segundo será más sólido.

Porque como asienta la voz popular: echando a perder se aprende…

UNA CARRERA EXITOSA
El sábado pasado tomó posesión como dirigente municipal del PRI en Victoria, Lucía Aimé Castillo Pastor. Es una mujer exitosa que ha forjado una carrera transparente en el servicio público, la cual ahora se refleja en las trincheras políticas de la capital tamaulipeca.

Su trabajo le hará mucho bien a su casa partidista y con seguridad será pilar del voto femenino para su causa en las elecciones que se acercan. Animo Lucía, las tempestades sólo son la antesala de cielos luminosos…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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