MATAMOROS, Tamaulipas.- El desinterés de los padres de familia llevó al fracaso la estrategia gubernamental de utilizar las escuelas para tratar de resolver enfermedades como sobrepeso y obesidad.
Agobiada por la imparable penetración de la diabetes y enfermedades asociadas, la Secretaría de Salud vuelve los ojos ahora a los centros comunitarios, en donde pretende convencer a niños y sus padres de cómo prevenir estos padecimientos, pero todavía no sabe qué hacer para que vayan a consulta.
Ludivina Aguirre López, coordinadora de Salud de la Infancia y la Adolescencia, afirmó a Expreso que el cambio de estrategia centrará acciones en los centros comunitarios, a donde “tarde o temprano” tienen que llegar los niños con su madre.
Expresó que esta línea de acción se comparte con otras instituciones públicas, como los institutos Mexicano del Seguro Social y el de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.
Aguirre López no precisó si las escuelas dejarán de medir, pesar e identificar deficiencias motoras, visuales y nutricionales en los niños de las escuelas de educación básica.
Sin embargo, lo afirmado por la entrevistada hace ver que las cosas finalmente no funcionaron, como se acredita con la imparable tendencia de sobrepeso y obesidad, que en los niños en edad escolar afecta a más de siete de cada 10.
“El problema es que en las escuelas veíamos a los niños pero no a sus mamás, que son lo más importante para aspirar en mejorar la dieta alimenticia”.
“En los centros comunitarios tenemos todo para orientar no sólo a los niños sino a sus madres sobre cómo sustituir alimentos que propician la obesidad, por otros que son más sanos y fortalecen al organismo”, indica la funcionaria.
La declaración de Ludivina Aguirre López ocurre en el marco de la celebración del Día Mundial de la Obesidad; la entrevistada no explica, sin embargo, de qué recursos se valdrán para “jalar” a los niños y sus madres a los centros comunitarios y no dejarlo como algo discrecional.
No obstante subraya los signos de alarma que deben obligar a los padres de familia a llevar a sus hijos con el médico: malos hábitos alimentarios, permanecer más de dos horas “pegado” al internet; nula actividad física y el factor hereditario, es decir, que los padres del menor también sean obesos o diabéticos.
La coordinadora de Salud de la Infancia y la Adolescencia expresa que los médicos familiares de los 46 centros comunitarios han sido capacitados para que a todos los niños que acudan a consulta, cualquiera que sea la razón, un resfriado, una diarrea, etc., se les abra expediente y medirlos, pesarlos y empezar a hacer acopio de información no sólo del menor, sino de sus padres y hermanos.