A Francisco García, candidato de Acción Nacional a gobernador, se le puede acusar según sus detractores, de muchas cosas. Pero no de tonto.
En la segunda parte de su estrategia proselitista, el abanderado azul acaba de dar un giro radical a sus mensajes personales e institucionales para redefinir sus objetivos. Y está muy lejos de ser una
ocurrencia.
Lo mencionado parte en primer lugar de que Francisco está seguro del voto duro panista estatal, representado en las alrededor de 343 mil boletas registradas sucesivamente en los comicios del 2004 y 2010 –en éstos hasta con un candidato invisible– cifra que difícilmente se reducirá.
En esas circunstancias, es lógico que buscará, como lo hacen sus contrincantes ocasionales, los famosos votos “switcher”, grupo en donde coexisten los indecisos sobre a quién apoyar y quienes ni siquiera han decido si van a ir a las urnas; pero en ese terreno hay otro objetivo medular. Y podría calar más hondo.
El aspirante panista va, aunque aparentemente suene ilógico, por el voto priísta.
Nadie en el Revolucionario Institucional puede tomar a la ligera lo anterior. Dentro de los históricos militantes y simpatizantes del tricolor han germinado corrientes de inconformidad que no pueden ignorarse. La causa es lo de menos, lo de más es que son un apropiado caldo de cultivo para la causa panista. El candidato azul lo sabe y hacía allí dirigirá –de hecho ya lo hace– sus baterías.
“No te pedimos que cambies de partido. No te pedimos que lo traiciones. Te pedimos que pienses en Tamaulipas”. Aunque sin apego literario, ese es el sentido de la estrategia. Y en algunos casos, le está funcionando…
TIROS DE PRECISIÓN
Por su parte, el candidato del PRI a gobernador, Baltazar Hinojosa practica en su campaña un método que suele dejar buenos resultados: Tiros de precisión.
Ayer se dio una nueva muestra al abordar con jóvenes uno de los problemas que más agobian a las nuevas generaciones y en particular a los egresados de carreras profesionales, polarizado en la necesidad de desarrollar proyectos que les proporcionen ingresos y además aporten progreso a su comunidad.
En este caso, un nuevo factor da credibilidad a su compromiso, como es la incorporación del sector empresarial a ese objetivo, lo cual impedirá que factores políticos obstaculicen el auxilio a los jóvenes.
Esos son tiros de precisión. Y esos, siempre dan en el blanco…
CANDIDATOS EN PROBLEMAS
Dos candidatos a alcalde, uno del PRI y otro del PAN, sufren problemas, aunque por razones diferentes. Los expongo:
Sin duda alguna la campaña del priísta Óscar Almaraz en Victoria parece arrasadora y se encamina a obtener la presidencia municipal capitalina, pero una espina en el zapato ha hecho estragos dentro de su equipo y le empieza a acarrear antipatías internas. Me refiero a las quejas sobre su carácter intolerante que en ocasiones, afirman sus colaboradores, raya en el despotismo y la soberbia.
¿Alguien o algo cambió a Óscar?
Es difícil saberlo, pero ojalá lo señalado, por su bien, sea producto de circunstancias y no de una constante. Ojalá, porque si por algo es apreciado Almaraz es por su simpatía y sin ella, será un candidato más.
El otro aspirante a alcalde “emproblemado” es Carlos Cárdenas en Güémez, quien acaba de ser denunciado ante el MP por agresión y golpes a un colaborador de la campaña priísta, cuando éste se dedicaba a pegar propaganda en ese municipio. Y no sólo eso, sino que amenazó “con irle peor” a todo aquel que intente pedir el voto para el tricolor.
Parece ser que un apellido es etiqueta de bravuconería…
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