WASHINGTON, Estados Unidos.- En un esperado discurso, el precandidato presidencial republicano Donald Trump dejó claro que, en política exterior, su mayor preocupación es Estados Unidos.
“Muchos estadounidenses se deben preguntar por qué defendemos más otras fronteras que la propia.
“Pues bien, ellos deben saber que la seguridad de los trabajadores, por ejemplo, será prioridad. Ningún país ha prosperado sin poner primero sus propios intereses”, expuso el magnate.
Desde la sala de un hotel en Washington, el magnate aseguró que el país será el principal tema de su hipotética Administración y sus intereses la base de cada decisión que tome.
Expresó que es escéptico de las uniones internacionales, a las que acusó de atar y hundir a Estados Unidos, siendo el TLCAN, en su opinión, el mejor ejemplo.
“TLCAN ha sido un desastre y ha vaciado nuestros estados de fábricas y de trabajos.
“Nunca más, sólo ocurrirá lo opuesto; mantendremos nuestros puestos de trabajo. Habrá consecuencias para las compañías que vengan, nos exploten y luego se vayan. Ningún ciudadano sentirá que está en segundo lugar.
Para ello, Trump dijo que necesitan una política exterior desde dentro, apoyada por ambos partidos y por sus grandes aliados pues, afirmó, así es como ganaron la Guerra Fría y así ganarán las futuras.
Reiteró, como ha expresado en debates, que presionará porque los aliados de Estados Unidos paguen por su ayuda, y aseguró que el país se debilita mientras hace fuerte a otros.
“Por ejemplo la OTAN, nosotros hemos gastando millones para que nuestro Ejército esté allá. Todo el mundo será más seguro si nuestros aliados hacen su parte”, consideró.
Para el magnate, para explicar su política exterior es necesario ver los errores que se cometieron en el pasado, en referencia a las intervenciones en Irak y Afganistán, al ataque en Bengasi y ahora, Siria.
Acusó al Presidente Barack Obama de desestabilizar aún más Medio Oriente y provocar que el autodenominado Estado Islámico se desarrollara.
Calificó al terrorismo fruto del extremismo islámico como una de sus primeras preocupaciones, y para combatirlo propuso trabajar con sus aliados y llevar la lucha a casa.
“La lucha también se llevará a cabo en nuestra nación. hay muchos migrantes en nuestra nación que han sido acusados de terrorismo, tenemos que dejar de importar terrorismo, no sabemos de dónde viene esta gente, no hay papeleo, no hay nada. Podemos prevenir un San Bernardino o un 11 de septiembre”.
Al ver esos errores, prosiguió, identificó cinco debilidades: el estado de la economía, el debilitamiento del Ejército, la falta de respeto y compromiso de los aliados de Estados Unidos, la “dispersión” del país en cuanto a sus objetivos y el alejamiento de los aliados tradicionales estadounidenses.
Concretamente, sobre la falta de respeto, reprochó que en Cuba nadie recibiera Obama ni tampoco en Arabia Saudí.
“Todo esto va a cambiar cuando sea Presidente. Para nuestros amigos y aliados les digo que Estados Unidos será fuerte y confiable nuevamente, será un amigo.
“Finalmente tendremos una política exterior coherente basada en el interés del país y los compartidos con nuestros aliados”, aseguró.
Trump criticó el trato del país a Israel, al que llamó viejo amigo, y expuso que, aunque tienen “diferencias” con Rusia y China, deben aliviar las tensiones.
“Arreglar las relaciones con China también es un paso importante. China respuesta la fuerza y permitirles que se aprovechen de nosotros como nunca antes es hacerlos perder el respeto”.
Aunque aseguró que no dudará en usar la fuerza militar cuando sea necesario, precisó que, si deciden luchar, únicamente sería para ganar.
“A diferencia de otros candidatos, la guerra no será mi primer instinto, una súper potencia entiende que la precaución es lo más importante.
“El mundo es más pacífico cuando somos el más fuerte. seguiremos siendo el pacificador, seguiremos salvando vidas, pero para hacer eso tenemos que hacer a Estados Unidos grande otra vez”, cerró.