CIUDAD DE MÉXICO.- Ante la falta de oportunidades para la juventud, y debido a que el rol de madre es el único reconocido para las mujeres de algunas comunidades, dos terceras partes de los embarazos adolescentes son deseados, advirtió Save the Children México.
“Las posibilidades de que una adolescentes se embarace son más altas en contextos de pobreza y exclusión. Garantizar la existencia de programas sociales para garantizar las oportunidades de desarrollo de adolescentes es clave”, señaló María Josefina Menéndez, directora ejecutiva en México de la organización.
“Esto permitirá reducir la proporción de adolescentes que ven en el embarazo una alternativa ante la falta de oportunidades”.
Según el informe “El Estado de las Madres en México: Embarazo y Maternidad en la Adolescencia”, presentado hoy, en los estratos económicos más bajos hasta el 40 por ciento de las madres adolescentes buscó embarazarse.
En comparación, el embarazo sólo fue planeado en el 7 por ciento de las adolescentes pertenecientes a estratos económicos altos.
“Cuando me enteré que estaba embarazada me emocioné porque no lo creía, me hice una prueba y salió positiva”, lee el testimonio de Marta, de 16 años, quien cursó hasta tercero de secundaria.
“Ahora que soy madre adolescente, mi responsabilidad es estar en casa, esperar a que mi pareja llegue de trabajar, hacer de comer, lavar y hacer el quehacer en casa”.
La organización alertó que las menores de edad también enfrentan situaciones de abuso sexual, matrimonio infantil y embarazos no planeados.
Dos de cada 10 nacimientos en México son de mujeres menores de 20 años; mientras que el 13.8 por ciento de las muertes maternas son de madres adolescentes.
Entre 2013 y 2014, se contabilizaron 394 embarazos en niñas menores de 10 años; para la organización, la mayoría se refiere a embarazos donde hubo coerción o violencia sexual.
Además, una de cada cinco mujeres sostiene alguna unión conyugal antes de los 18 años; la proporción más alta es de 40 por ciento en comunidades indígenas.
Save the Children reclamó la falta de una política integral educativa y de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, pese a la publicación de la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo Adolescente.
En el marco de la campaña “Hasta el último niño y niña”, la ONG exigió garantizar presupuesto para la Estrategia Nacional, reforzar los sistemas de salud y homologar la edad mínima de matrimonio a los 18 años.