Hace unos días un buen amigo del Congreso de Tamaulipas me escribió preocupado por el trascendido que los mexicanos estábamos consumiendo gasolinas exportadas de China, un rumor que el mismo Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía, tuvo que desmentir ante los medios. Solo para dejar zanjado este punto inverosímil, solo habría que recordar que en 1960 se fundó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y no fue hasta finales de la década de los 70´s cuando existió la promesa de inclusión para México, mismo que por presiones externas disolvieron esta moción ¿Cuáles fueron? Una de ellas, justo en el boom petrolero mexicano José López Portillo emprendió -con iniciativa propia y sin cuidar el contexto internacional- el megaproyecto de hacer el Canal de Panamá versión mexicana pero con inversión socialista de China; es decir, todo lo que anteceda al quebranto o la probabilidad de avanzada contra los intereses estadounidenses, no será una realidad en nuestro país.
Lo que sí es cierto es que México tiene que importar 41.2 por ciento de la demanda interna de gasolinas. Nuestro gasto diario equivale a 765 mil barriles y la producción propia de gasolinas en las refinerías nacionales alcanza 450 mil barriles (58.8 por ciento). Del combustible importado al país, 80 por ciento viene de Estados Unidos y el resto proviene de Holanda, Gran Bretaña e Italia, y más cierto aún es que es de menor calidad que las gasolinas estadounidenses, empero, esto es gracias a la norma existente en nuestro territorio.
Tras cuatro años de discusiones entre el gobierno mexicano y la fuerte resistencia dada por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en junio de 2013 se publicó la NOM 163 -una mejor que la anterior- con una meta de rendimiento de 16.7 km/L para 2016, prometiendo una norma más ambiciosa para 2025. Sin embargo, el contexto internacional que genera la petrocrisis y la crisis ambiental que justamente este año está imperando en el país con sus más de 36 millones de vehículos, están provocando otro tipo de presiones, esta semana inicio la gran discusión sobre la imperiosa necesidad de construir la infraestructura para los autos eléctricos y aumentar las flotillas de los coches híbridos.
Con este panorama, Tamaulipas y Nuevo León llevan delantera en la discusión. Los tamaulipecos cuentan con la ventaja que ya tienen lista la primera electrolinera privada para uso comercial (1 estación) en Tampico, que se unirá a la red estatal con la primera electrolinera pública de uso gratuito en Ciudad Victoria (22 estaciones), estimando que está red pronto se pueda unir a Linares y Monterrey, Nuevo León; además que ya iniciaron el proceso de construcción de una refinería privada en Matamoros. Mientras los neoloneses, con apoyo tamaulipeco, tendrán el primer poliducto privado para exportar gasolinas desde Corpus Christi hasta Escobedo, Nuevo León.
Sí la piedra angular de la reforma energética es Tamaulipas, muy probablemente en este año se siente el precedente que los vehículos eléctricos entrarán a México teniendo como punteros Nuevo León y Tamaulipas. ¿Usted qué opina?
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