CIUDAD DE MÉXICO.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reconoció la variedad de situaciones familiares; sin embargo, afirmó que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden equipararse al matrimonio.
A través de un comunicado, la CEM pidió estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevarán las iniciativas presentadas ayer martes por el Presidente Enrique Peña Nieto, respecto a los matrimonios igualitarios.
“También consideramos que ante las iniciativas dadas a conocer y que dan comienzo a todo un proceso legislativo y democrático, es necesario estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan. Estamos seguros que en la pluralidad que caracteriza nuestra nación, todas las voces deberán ser escuchadas con seriedad y espíritu de diálogo constructivo, en pleno respeto a las instituciones”, apuntó.
Reiteró que toda persona, independientemente de su orientación sexual, debe ser respetada en su dignidad y tratada con compasión y delicadeza, procurando evitar todo signo de discriminación injusta, y particularmente cualquier forma de agresión y violencia.
En cuanto a las familias, el Episcopado Mexicano indicó que se debe asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que “aquellos que manifiestan una orientación sexual distinta puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida”, destacó.
“En una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad, reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”, expresó.
Recordó que México ha seguido desde el año 2009 un camino jurisprudencial y también legislativo en el que atendiendo criterios jurídicos de instancias internacionales ha reconocido como discriminatoria cualquier ley que impida a las parejas de personas del mismo sexo acceder al matrimonio civil.
“Frente a ello, debe afirmarse que «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”, subrayó.
Expresó su voluntad “de servir en la construcción de una sociedad mejor en la que nadie se sienta discriminado y solo”.