Priistas y albicelestes riñen con todo, para conquistar voto de indecisos
Las autoridades de seguridad pública, obligadas están a vigilar casillas
Lamentable, que el espectro abstencionista surja más fuerte que nunca
Decálogo de Baltazar ofrece más que un deslinde de Tomás y Eugenio
A una semana de la jornada para elegir gobernador, alcaldes y diputados locales, en Tamaulipas se percibe un escenario convulsionado. Al menos en lo que atañe a la contienda sexenal, pues las estructuras albiceleste y tricolor tanto se han confrontado que, ante cualquier sospecha de fullería por parte del adversario –es decir, entre sí–, podrían ocasionar brotes de violencia (entre ellas), afectando a los ciudadanos ajenos a su disputa.
Por eso en la víspera, durante y después del cierre de casillas, debe desplegarse un operativo especial de vigilancia –a lo largo y ancho de la entidad–, aunque el Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) atendiendo una recomendación del INE lo considere innecesario, por su miopía para observar que el desbordamiento de pasiones lleva implícito el riesgo.
Más cuando en municipios como Hidalgo, Villagrán y Mainero (como en tiempo y forma se ha denunciado), se amenaza a los pobladores para que voten en favor de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, so pena de ‘cobrar su rebeldía’ al estilo cruento que acostumbra la delincuencia.
Igual ocurriría en la frontera chica y en la zona cañera, según dice la vox populi en ambas regiones.
Así que lo más sensato es que el domingo cinco de junio las fuerzas armadas patrullen las calles, brechas, caminos vecinales y carreteras, en todo el estado. Y monten un operativo especial de vigilancia en casillas.
Es por el bien de todos.
A tribunales
Usted bien sabe que, difícilmente, quien pierda en las urnas reconocería, públicamente, su derrota –ese mismo día–, hasta el grado de llevar a los tribunales su inconformidad, demandando anular el proceso.
Sobre todo si el escrutinio marca una pequeña diferencia de votos.
De ahí la necesidad que los candidatos punteros todavía tienen para persuadir al ciudadano indeciso y/o abstencionista, que, en conjunto, son mayoría –históricamente representan más del 50 por ciento del padrón–, pero sin desatender a los electores cautivos –que ofrecen las estructuras partidistas–, ya que en esta contienda (como nunca), el voto duro será lo que realmente determine el triunfo o la derrota, pese a que los dirigentes mismos estiman que éste es insuficiente para ganar la contienda.
Aún así –pese a que habría amenazas de por medio con pistolas y/o metralletas en mano, tratando de ahuyentar la participación ciudadana, o induciéndola a cruzar boletas a favor del cornudo–, preveo que Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa saldría airoso, sin que las embestidas de muerte que le lanza el burel abueyado logren su objetivo.
Y es que el cornudo se ha visto impotente para pegarle un cate que lo haga perder terreno, por su falta de brío.
En fin, el cierre de esta lidia se dará el domingo próximo.
Y corresponde a Balta la responsabilidad de salir en hombros, por la puerta grande (o no) tras hacerles sendas faenas al burel abueyado y los astados descastados, en una corrida donde están, en juego, el futuro del pueblo tamaulipeco y la estabilidad misma del estado, que ya no aguanta más las acometidas delincuenciales.
Sean, o no, en apoyo a un capricho, de quien en tan sólo 16 años se ha enriquecido tanto o más que los políticos priistas a quien acusa de ser aliados del candidato aliancista, pese a que éste se demarcó de ambos y ése su desplante le acarreó nutridos aplausos.
Abstencionismo
Los spots del Ietam (para promocionar el voto), y el llamado, que a última hora dicen hacer los nueve partidos políticos (con registro oficial) en aras de animar la participación ciudadana (en urnas) poco podrían incidir para evitar que el abstencionismo se enseñoree en la contienda.
Y eso que desde el inicio mismo del proceso, se les alertó acerca de la apatía ciudadana para sufragar. Como ocurrió en las justas del 2004 y 2010 cuando los votos emitidos apenas acariciaron el 46 por ciento de la lista nominal.
En fin… no han entendido que la democracia involucra a todos, aún cuando sobre el abstencionismo se ha escrito mucho. Pero son contadas las instituciones, incluidos los partidos políticos, que han profundizado en su análisis.
Menos suman quienes se preocupan en desterrarlo de los procesos electorales, merced al desconocimiento que tienen de este fenómeno y/o porque simple y llanamente no les interesa animar la participación social en competencias de tal envergadura.
En su oportunidad, el ideólogo Jesús Reyes Heroles (qepd) expuso:
“La abstención electoral no es un fenómeno peculiar de nuestro país sino un fenómeno universal, que, en cierta medida, señala la crisis de los partidos políticos… los jóvenes no votan, en muchos casos porque creen que a través del voto no se resolverían los problemas que consideran centrales y esenciales; creen que los partidos políticos son instrumentos de
domesticación de la juventud, de incorporación de ésta a lo que llaman sistema establecido”.
Bajo ese mismo contexto, se puede deducir que el abstencionista no sólo se priva a sí mismo de ejercitar un derecho, sino que priva a todo un país, una entidad o un distrito de la prerrogativa constitucional y les quita un elemento decisivo para su avance político.
Hay que tomar en cuenta, sin embargo, otros factores que lo mismo contribuyen al abstencionismo, como la negativa de los candidatos a que se conozca realmente su ideario político y el hecho de que ante la falta de información adecuada los ciudadanos ignoren la propuesta de todos y cada uno de los contendientes.
Desidia ciudadana
El espectro del abstencionismo, como siempre, hoy amenaza el proceso electoral de Tamaulipas.
Y es que existen candidatos a la gubernatura, las alcaldías y al Congreso local, que han gastado más tiempo en agredir a sus pares y en presumir la ventaja que les dan encuestas –muchas veces amañadas–, que en desarrollar campañas de proselitismo intensas, que les permitan convencer al ciudadano de votar por ellos con base a propuestas ajenas a la frivolidad.
De ahí que hasta el ciudadano menos avezado esté convencido que sólo tratan de utilizarlo para conseguir las posiciones anheladas como se ha hecho costumbre. Y es, por ello, el poco interés que la población tiene para compenetrarse en el real significado de la elección, donde no sólo están en juego la gubernatura, 43 ayuntamientos y el Congreso, sino el futuro del estado.
Descontento
“La abstención predominante tiene dos lecturas: apatía y descontento”, cita un estudio de Manuel García Urrutia –experto en la materia–, quien así amplía su exposición:
“La abstención por indiferencia y apatía incluye a aquella que puede ser producto de la ignorancia, falta de formación cívica, un impedimento técnico, físico o legal y/o una permanente conducta egoísta e indiferente hacia los asuntos sociales.
“La abstención por descontento tiene que ver con dos posturas. Una que se expresa con una actitud de malestar, justificado con el argumento de no-participación porque todo sigue igual, nada cambia y al final, las opiniones, el esfuerzo, el voto, no son tomados en cuenta por las autoridades respectivas. Siempre hay intereses superiores que no dejan que las iniciativas ciudadanas prosperen. Los políticos después de ganar el voto se olvidan de la gente…”
Lo que viene
Ahora bien, ¿qué espera a Tamaulipas el cinco de junio próximo?
Obvio: un escenario electoral con alto porcentaje de abstención, por la falta de confianza ciudadana hacia quienes codician gobernarla, ya en el Poder Ejecutivo estatal o en las alcaldías o representarla en la Cámara de Diputados.
El padrón suma 2 millones 627 mil 479 personas –cerca del 80% del censo poblacional más reciente–, pero la cifra de la Lista nominal es más alta, aunque por margen escaso.
Como fuere insisto en que el espectro del abstencionismo asoma ya en esta lid, porque existen dos causas que inhiben la participación de los electores:
1) El malestar y descontento, ante la actuación de todos los actores que juegan en la justa; y
2) Por la intromisión de grupos armados en el proceso, manteniendo aterrorizada a la población.
Es decir, el domingo próximo habría una abstención razonada. Pero, no es lo correcto, por ser el voto un derecho constitucional, aunque debe ser también una obligación, que da libertad al individuo de ejercerlo o no.
Empero es un deber de todos los tamaulipecos bien nacidos (incluso los avecindados), hacer uso de tal prerrogativa, aun cuando en las urnas cada quien en lo personal diera en sufragar por quien mejor le plazca. O, simple y llanamente, anular su voto.
“Cada día es más común escuchar a personas decir que votarán por el candidato menos malo –dice García Urrutia–, como forma de evidenciar su inconformidad con las fórmulas partidarias; otras su voto lo tienen claro a partir de su convicción partidaria y eso que se da por llamar ‘voto duro’. Sin embargo, la mayoría de la sociedad no está en este supuesto.
“El abuso de la mercadotecnia, la sensación ciudadana de que el voto no necesariamente está ligado a convicciones, sino que se puede mudar y la expectativa que busca la alternancia, influirán en el juicio, votando o no. Esto hace que los actores políticos tengan que avivarse y buscar ganar a un número cada vez más importante de electores volubles y pragmáticos, que son los que deciden.
“Cuando esta tarea no se realiza adecuadamente, entonces gana la abstención, todas las abstenciones, y se merma la legitimidad, la aceptación voluntaria del gobernante”, concluye.
Corolario
Como habrá podido observarse, el abstencionismo contiene muchas aristas que dificultan su estudio. Pero ello no impide que podamos alertar a las instituciones involucradas en esta justa electoral, a los candidatos y los ciudadanos, para enfrentar este fenómeno que tanto daña al estado.
Decálogo
En Tampico, Baltazar Hinojosa Ochoa marcó su distancia con dos de los ex gobernadores más cuestionados por la sociedad tamaulipeca: Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores, en un encuentro con la clase política priista.
Incluso, pintó su raya respecto al mandatario Egidio Torre Cantú.
Pero lo esencial de su mensaje no fue el deslinde, sino la oferta que hizo y enseguida sintetizo:
1) En Tamaulipas se habla de frente y con la verdad.
Se acabó el no pasa nada. Desde el primer minuto de mi gobierno nos vamos a encargar de que exista entera comunicación con la ciudadanía. Vamos a rediseñar la función y las tareas de comunicación social para estar unidos, para protegernos, defendernos y reaccionar con información rápida y certera, sí, pero principalmente para que todos sepamos lo que ocurre.
2) Por el bien y la paz, cero tolerancia a la delincuencia.
Vamos a ir de frente con todo por los delincuentes que quieren seguir amedrentando a nuestra población, con inteligencia, pero con firmeza, cuidando ante todo la vida de los tamaulipecos. Ni un minuto de tregua para quienes nos ofenden. Ni un espacio de oscuridad para quienes nos lastiman.
3) Las carreteras, son nuestras.
Basta ya de andar con miedo. Basta ya de privarnos del tránsito libre de nuestros caminos. A partir del próximo primero de octubre pondremos manos a la obra. Y les aseguro que para el día primero de diciembre, es decir, en 60 días, todos los tamaulipecos quienes nos visiten, los profesionales de la transportación y quienes nos elijen como su destino turístico, vamos a transitar por cada carretera, en cada brecha, camino y autopista, sin temor a ser agredidos, violentados o lastimados en nuestra persona o pertenencias.
Yo mismo, personalmente, voy a estar recorriendo nuestras carreteras, verificando la eficaz protección de nuestra integridad. Vamos a limpiar nuestros caminos y así limpiaremos cada rincón de Tamaulipas.
4) No a la corrupción y a la impunidad.
No habrá intocables, no importa cómo te llames, cómo te apellides ni quien sea tu padrino. Vamos a revisar todas las cuentas, porque vamos a limpiar la casa. Los que deban algo, que lo regresen. Los que quieran tomar lo que no es suyo, que le piensen dos veces. Y si no, que se abstengan a las severas consecuencias. Ningún servidor público volverá a faltarle el respeto a los tamaulipecos.
5) No hay nada que ocultar.
Somos gente de bien y no seremos un gobierno encubridor. Nada más alejado de la verdad. Si hay investigaciones abiertas contra personas que han tenido cargos o tareas políticas, vamos a colaborar plenamente con todas las instancias de impartición de justicia que así lo pidan en todos los procesos que estén llevando a cabo si los hay, trátese de quien se trate. Que cada quien se haga responsable de sus actos como lo mandata la ley. También lo digo muy claro: vamos a reconocer cuando sean acusaciones sin sustento. No vamos a ser cómplices ni a participar en linchamientos mediáticos.
6) Se acabó la simulación.
A partir del día que tome posesión, en diez días tendremos el Plan Estatal de Desarrollo. No será una simulación o un mero requisito para cumplir la ley. Será un verdadero plan de desarrollo, un plan de gobierno verdaderamente construido y con y por los ciudadanos, donde a los compromisos se les pongan cantidades puntuales y fecha de cumplimiento.
7) Las cosas se hacen con gente de bien.
Todos y cada uno de quienes colaboren conmigo, deberán tener un historial limpio en sus acciones como servidores públicos. Por ello voy a conformar un equipo de trabajo que en todo momento será puesto a consideración de la ciudadanía. La gente equivocada no estará en mi gobierno. Si alguien recibe la invitación de colaborar en mi gobierno, que lo sepa de una vez, aquí se viene a trabajar por convicción de servicio, jamás como intercambio de algún favor.
8) Cuentas claras.
Desde el primer día seremos un gobierno transparente en todo.
Eliminaré el gasto desordenado donde sabemos que existe. Los recursos de todos se gastarán bien y se gastarán en lo que los tamaulipecos demandan.
9) Un Tamaulipas sin compadrazgos, sin proveedores ni contratistas favoritos.
Llegó la hora de la verdadera transparencia. Las obras públicas, las compras y las adquisiciones y todo lo que el gobierno realice en estos rubros, tendrá primero que ajustarse a la ley. Aquí se va a cumplir y se va a saber en tiempo real. Todos los tamaulipecos emprendedores por igual y de acuerdo a su capacidad tendrán el derecho de participar con las mismas oportunidades en la obra pública, la proveeduría y en todo lo que gaste el gobierno estatal. Que les quede muy claro: todos los tamaulipecos van a llevar mano.
10) Nadie más se va.
Nos quedamos todos a trabajar y a progresar. La paz, el bienestar y el progreso serán los ejes de mi gobierno; el eje central serán las familias de Tamaulipas y con ellas me voy a asegurar de que los tamaulipecos podamos permanecer en la tierra que amamos, para progresar, para servir bien y en paz, juntos a nuestras familias.
Para los jóvenes un compromiso especial:
Hay fuga de talentos porque no hay empleo, ni centros de estudios especializados. Esto no seguirá así. Los profesionistas egresados encontrarán empleos. Los que quieran especializarse tendrán las instituciones y con la prepa para todos, unida a la red de Internet público más extensa del país, tendremos ahora si una sociedad de conocimiento, competitiva, lista para mirar el futuro y caminar directamente hacia él.
El mensaje de Baltazar no tiene desperdicio, pero a falta de espacio lo he sintetizado.
E-m@il
jusam_gg@hotmail.com




