CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- María es abuela, sobre su cuerpo hay más de 70 primaveras, pero se hace la fuerte todas las mañanas para apoyar en la crianza y la manutención a una de sus hijas.
«Ella antes no trabajaba, pero es la que siempre me ha visto, por eso cuando me di cuenta que su marido dejó de apoyarla me puse a ayudarla hasta que por fin dejé mi
casa y me quedé con ella».
La hija de María tiene tres hijos, la mayor está por terminar una carrera profesional, el mediando estudia baile en Casa del Arte, si pudiera, sería un gran bailarín, pero sabe que debe apoyar ahora a su madre.
Aún hay que velar por los estudios del hijo menor de apenas 10 años de edad, el pequeño que conquistó a la abuela por su dulce carácter.
«Yo a él lo cuidé desde muy chiquito», dice mientras acaricia la cabeza del menor que apenas puede con dos pesadas sillas de madera que ha sacado para ofrecer un asiento.
«Mi hija no tenía necesidad de trabajar, pero un día su esposo que está en Estados Unidos dejó de mandar dinero, dejó de apoyarla hasta que el dinero faltó totalmente.
Ella sabía que tenía que sacar adelante a sus hijos y entonces comenzó a trabajar. Trabaja en una casa todo el día, cuida al padre de la señora, al niño cuando no va al
colegio, hace todo, todo en esa casa, pero antes se levanta a las cinco de la mañana y para las seis ya dejó hechas las tortillas de harina que vendemos por las tardes, porque de ahí ocupamos para el micro», dice su madre, quien reconoce que no conoce a una mujer tan trabajadora como su hija y no es porque sea su madre.
Con base en cifras de INEGI, en el año 2015, los 986 mil 886 hogares que existen en Tamaulipas, el 28 por ciento de ellos tienen jefatura femenina, es decir, que 279 mil 700 mujeres están a cargo de sus hijos, en su mayoría realizando una triple jornada y encontrando en otras mujeres el apoyo que los hombres ya no desean proporcionar en casa.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, reveló también en sus proyectos especiales las horas de trabajo no remuneradas de la mujer que comprueban por primera vez su triple jornada.
Entre ellas se encuentra atender a personas mayores de 60 años de edad, una tarea que muchas mujeres hacen más de 15 horas a la semana, cuidar a personas sanas menores de 6 años, es un trabajo al que las mujeres le dedican 28 horas a la semana. Preparar y servir alimentos le retira a la mujer 9 horas a la semana, 7 horas con 47 minutos para limpiar la casa, lavar y planchar y casi tres horas para hacer las compras del hogar.
Tamaulipas tiene el 28.3 por ciento de hogares con jefatura femenina, se encuentra en el promedio comparado con el Distrito Federal que mantiene el 35.7 por ciento con el ingreso de las mujeres. Pero María no es la única mujer lidiando con la vida y los sacrificios de género. También está Lourdes, que deja la cama en punto de las cinco de la mañana para ir a trabajar a una tortillería.
A ella la inseguridad le ha beneficiado porque antes debía ponerse en pie a las cuatro de la mañana para echar a andar la máquina tortillera en punto de las cinco.
Lourdes trabajó mientras era soltera, pero cerca de los 40 años se divorció y entonces regresó al único trabajo que conocía bien.
«Ahora ya tengo 51 años, tres de mis hijos ya se casaron, sólo me queda uno de prepa. La verdad es que no me alcanza el dinero por eso cuando me tocan mis días de descanso yo le hablo a mi patrón para que me deje trabajar porque si no, la verdad es que no me queda nada. Yo camino todos los días cerca de un kilómetro de ida y
vuelta, lo hago para ahorrarme los micros, porque como quiera son un gasto. Nunca completo nada y el papá de mi hijo tampoco me ayuda, dejó de darme pensión».
Lourdes ya no hace nada más que vivir un día a la vez, con eso se curan también las rencillas del corazón.




