Como los jóvenes guerreros de la antigua Roma y los pueblos germánicos, los estrategas de los partidos políticos de Tamaulipas, igual que los de todos los Estados en que habrá elecciones este domingo 5 de junio, aprovecharán los próximo tres días para guardar y no perder de vista las armas políticas que utilizarán a lo largo de la jornada de elección de nuevo gobernador, 43 alcaldes y 22 diputados de mayoría que tendrá lugar el domingo.
Los estrategas y operadores se reunirán con los representantes de las estructuras, dirigentes de colonos, comités, subcomités, agrupaciones y jefes de cada área de la comunidad para instruirles sobre la estrategia que seguirán para que todos los militantes y partidarios acudan a votar.
Y lo más importante, proporcionarles los medios que necesiten para que lleguen sin dificultades a las urnas, de preferencia bien desayunados y contentos, a cumplir con la obligación cívica.
Al mismo tiempo aleccionarán a los representantes ante las autoridades electorales y de las casillas o mesas receptoras de votos para que vigilen estrechamente las votaciones, lo mismo que el cómputo de los sufragios y que el levantamiento de las actas se realice conforme a la ley.
El partido político que logre el mayor éxito en estas maniobras habrá dado un paso muy importante para alzarse con la victoria.
Los funcionarios del IETAM, por su parte, se dedicarán a ultimar los detalles de la contienda, la logística del Programa de Resultados Preliminares, el PREP, para que, a partir de las ocho de la noche, cuando se empezará a difundir, cada veinte minutos se descargue la información de los resultados de los conteos y que al momento en que se publique el sentido de los sufragios se publique asimismo la imagen del acta de escrutinio.
A partir del primer minuto de anoche, vigilarán también que ninguno de los partidos políticos violará la veda proselitista.
Esto, mientras que los efectivos de las diferentes corporaciones de seguridad pública se mantienen en alerta para garantizar que los electores ejerzan libremente su voluntad ciudadana.
El escenario, pues, ha quedado listo para que los electores tamaulipecos renueven pacíficamente y sin presiones los poderes políticos de la entidad.
En tanto llega a la hora de emitir el sufragio, sin embargo, los funcionarios del instituto electoral aprovecharán el tiempo para avanzar el desahogo de las 150 denuncias presentadas por los diferentes partidos a lo largo de las campañas electorales, más las que seguramente se agregarán a la lista de eventuales irregularidades de la jornada comicial, y en su momento resolver conforme a derecho si son fundadas, improcedentes y a quien asiste la razón y el derecho.
Deberán de tener simultáneamente a la mano el resultado de la fiscalización acerca de cuáles fueron los partidos políticos que se ajustaron a los topes de los gastos de campaña y cuáles los que los rebasaron, factores que entrarán en juego a la hora de la definición de los resultados de la competencia política.
En forma alterna al árbitro electoral, los partidos políticos han delineado un operativo especial o de cacería de mapaches electorales para evitar que estos delincuentes hagan de las suyas y alteren ilegalmente el resultado de los comicios, como desafortunadamente sucede aún en México.
Sin olvidar, por supuesto, la vigilancia para detectar y, en su caso, proceder contra los responsables de la práctica de la compra del voto, tan común todavía en los procesos de elección popular.
En medio de todas estas tentaciones e ilegalidades, la disyuntiva de los ciudadanos será descifrar cuál de los candidatos a la gubernatura fue el menos mentiroso, lépero, mal hablado, el menos peor, como dijo el obispo de la Diócesis Tampico, José Luis Dibildox Martínez, tarea que no será fácil, considerando las decenas de miles de improperios y calumnias que, como nunca, se lanzaron esta vez contra la población.
Además de sortear las trampas del ratón loco y el carrusel, entre otras, que no han podido ser erradicadas todavía de nuestra enclenque democracia.
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