CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Una recopilación de sus frases, memorias gratas, momentos crudos y lágrimas brotaron en los ojos de muchos hombres y mujeres que asistieron al homenaje póstumo de Ramón Durón Ruiz, en el atrio del Centro Cultural Tamaulipas.
Incluído Héctor Yunes, candidato a gobernador por el estado de Veracruz.
Era la despedida que el gobierno del estado de Tamaulipas ofrecía al «Filósofo de Güémez», a través del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes a cargo de Libertad García Cabriales.
El resto del cariño se externó en varios aplausos prolongados, para culminar con las notas de «A mi manera», en el ambiente.
Estuvieron el ejecutivo estatal y su esposa, así como los amigos que montaron guardia de honor y también los integrantes del Cabildo 1990-1992, los liberales tamaulipecos, pero no los amigos masones.
En representación de la familia, su hijo Humberto Durón Reyes tomó la palabra para agradecer el homenaje que le brindan los tamaulipecos. “Deseo que recuerden a mi padre, siempre con una sonrisa, como una persona con un ingenioso sentido del humor, siempre agradecido con la vida, siempre un sembrador de amigos, que en estos momentos nuestra familia está recibiendo con sus muestras de cariño parte de lo que él sembró”.
Se le decía adiós al Profesor, periodista, al padre, al esposo, al amigo y al «Filósofo de Güémez».
Tito Reséndez Treviño, ex presidente Municipal de Ciudad Victoria, y amigo de Ramón Durón, dio el mensaje oficial de despedida. “Estamos presentes en este recinto cultural para entregarle, a nombre de los tamaulipecos, el último adiós a alguien que tuvo a bien darnos momentos de gran alegría a través de sus frases siempre oportunas, sencillas y destacadas con un personaje como lo fue “El filósofo de Güémez”.
Al finalizar el evento cultural, la misma de cuerpo presente tuvo lugar en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
Ahí, el párroco exhortó a los asistentes a leer los más de 24 libros del Doctor Ramón Durón Ruíz, para que conocieran sus frases, pues dijo: en ocasiones le adjudicaban al «Filosofo de Güémez» cosas que no había dicho, que no había escrito.
Por el resto de sus actos, dijo que el Doctor Ramón se expresaba bien de Dios como: «Nadie camina en esta vida sin haber pisado en falso y nadie recoge rosas sin sentir sus espinas, y nadie alcanza el éxito sin la ayuda de Dios», y eso dijo: es lo que le da la entrada al cielo.
Ramón Durón Ruíz, no lo decía, pero los más cercanos sabían que guardaba con recelo lo que su mano derecha hacia por algunos, tanto que la mano izquierda no se enteraba de las bondades para hacer que algunos estudiantes de buen promedio y escasos recursos no dejaran la escuela.
Ese era Ramón Durón Ruíz, el árbol que sí tuvo una estaca para irse derecho.
