CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Melissa recibió la noticia que era paciente con insuficiencia renal a los 6 años de vida.
A partir de entonces tuvo restricciones que le obligaron a no vivir la infancia en exceso como el resto de los niños, jugaba sin tomar riesgos, hacía deporte sin excederse, porque sabía que sus órganos se deterioraban en cada esfuerzo.
Una amigdalitis mal tratada detonó afectando los riñones de la niña, y al recibir la noticia estos funcionaban al 6 por ciento.
El peregrinar desde entonces comenzó en los hospitales, primero en Monterrey, más tarde en Victoria…
Y aunque Melissa era fuerte para que no se derrumbara su familia, sabía que sus días estaban contados.
«Para mi familia y para mí fue difícil recibir la noticia de insuficiencia renal crónica, ya que en ese tiempo en Matamoros no existían Nefrólogos. Luego de un tiempo me enviaron a la Ciudad de Monterrey y allá me realizaron una biopsia renal. Mi infancia fue difícil, tuve constantes recaídas, me la pasaba en los hospitales, en los medicamentos, pero gracias a Dios estuve estable hasta los 17 años, así se pudo prolongar el llegar al tratamiento de hemodiálisis hasta los 19 años de edad».
El padecimiento había frenado su vida de niña, ya no podía bailar y eso era su pasión.
Tenía restricciones de dieta y ejercicio, por padecer a la par hipertensión arterial.
«Faltaba mucho a la escuela por no estar con mis compañeros. Renegaba a Dios, me preguntaba, ¿por qué a mí?. Me alejaba de los demás y cuando fui creciendo se fue haciendo más difícil, porque estuve estable y pensé que así iba a estar por mucho tiempo, pero de un día para otro yo me puse muy mal, no me podía parar de la cama, no podía respirar, ni ver el sol porque me molestaba», explica Melissa, y reviven las emociones de esa pesadilla…
«Cuándo pasé al tratamiento de hemodiálisis estaba sobreviviendo por la máquina. Iba al hospital tres veces a la semana, por tres horas, y aunque estaba viva veía como me iba deteriorando, ví como se caía mi cabello, bajé 10 kilos, mi piel empezó a cambiar, todo mi aspecto era distinto y tenía 19 años, ya estaba en la Universidad y me afectaba ver a mis compañeras en fiestas y bien bonitas y yo entré en depresión, me alejé hasta de mi familia. Iba a la escuela cómo una obligación porque necesitaba tener el Seguro, pero yo ya no tenía las ganas de salir adelante».
Todo el aspecto físico había cambiado, su cabello castaño se hizo negro, su piel también cambió de tono y el vello salía en su cuerpo sin control.
Lo único que hacia falta era un donador, pero en México no existe la cultura de la donación.
Su caso era casi único, porque en la mayoría de los casos de insuficiencia renal, están diagnosticados adultos y adultos mayores.
Melissa tenía toda la vida por delante y a su alrededor sólo veía y escuchaba que cada vez que llegaba para recibir al tratamiento de hemodiálisis ya faltaba un compañero, pues a veces no resisten el tratamiento.
Hace 9 meses al estar en lista de espera por un riñón, recibió la tercera llamada del Hospital Regional de Alta Especialidad en Victoria, Tamaulipas.
Había llegado el ángel para Melissa.»Yo estoy bien agradecida con mi ángel, ya no ando en silla de rueda, en andadera, soy independiente, ya sólo tomó unas cuantas píldoras, mi piel, mi cabello, cambió. Lo más difícil de aceptar fue perder la fuerza de las piernas, aún no puedo bailar pero sé que con rehabilitación y mi riñón voy a recuperar todos mis sueños».
Ahora Melissa tiene 22 años de edad, en Julio de 2017 culminará sus estudios universitarios como Licenciada en Ciencias del Desarrollo de la Educación.
Y todo gracias a que una persona decidió pedir a su familia que donaran sus órganos al momento de su muerte.
Mitos y desinformación frena donación de órganos
La concientización en Tamaulipas acerca de la donación de órganos es pobre, en el año 2016, disminuyeron, los transplantes en comparación con el año 2015 que se realizó sólo una donación multiórganica en todo el estado de Tamaulipas. La barrera es la falta de información y los mitos que circulan en la red en torno a los transplantes de órganos. La última esperanza se muere cuando los familiares se niegan a donar.
En el estado los programas de transplante activo son de riñón, hueso y córnea, no existe aún transplante de corazón, pero se puede donar a México, Nuevo León o San Luis Potosí.
Esperan iniciar en breve con el transplante de médula ósea, que se realiza con donador vivo e hígado. El costo de un transplante de riñón oscila entre los 130 y 150 mil pesos, el 95 por ciento de los pacientes son de escasos recursos, los gastos fuertes son subsidiados por Fundación ALE y los hospitales que apoyan a los programas de transplante como el Hospital Regional de Alta Especialidad, Hospital Infantil y Hospital General «Norberto Treviño Zapata».
Sin embargo, aún faltan los pacientes que no saben que tienen la posibilidad de transplantarse o que piensan que los costos son excesivos o inalcanzables.
Jorge Salinas Graham, Especialista en Transplante de Órganos en Victoria, calcula que en la entidad existen 7 mil 500 pacientes con insuficiencia renal avanzada, en estudio cinco, es decir, ya requieren hemodiálisis o diálisis peritonial y eso significa que son candidatos a un trasplante.




