Con los resultados disponibles según los distintos PREP, el proceso electoral del domingo 5 de junio trajo consigo varias sorpresas que vale la pena anotar, pues sin duda reconfiguran el mapa de la contienda electoral que habrá de venir en 2018:
1) La primera sorpresa es la recuperación de la competitividad electoral del PAN. Habiendo ganado Puebla, Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas y Durango, se vuelve una opción bastante clara para llevarse la contienda presidencial en 2018 o al menos para darle bastante guerra al PRI y a AMLO.
2) La segunda sorpresa es que la alternancia se hizo presente en algunos estados que parecía que nunca iban a dejar de ser del PRI. Tamaulipas y Quintana Roo, por ejemplo. La victoria de la oposición nos recuerda la importancia de poner a buenos candidatos y no solamente a incondicionales de los gobernadores en turno.
3) La tercera nota electoral es el surgimiento, ahora ya sí de manera clara, de Morena como una opción bastante competitiva. El triunfo de Morena en la elección para el Constituyente de la CDMX augura que podrían llevarse sin problema la jefatura de Gobierno en el 2018, ya sea con la candidatura de Ricardo Monreal o de alguna otra persona del círculo cercano a AMLO.
4) La cuarta sorpresa es la permanente incredulidad que suscita la organización electoral. Es increíble que todavía cerca de la medianoche del domingo hubiera páginas web de institutos electorales locales que no abrían o programas de resultados electorales preliminares que simplemente no daban ningún resultado. Los avances tecnológicos disponibles y las enormes inversiones que se han hecho en las instituciones electorales justificarían un mejor desempeño, pero como siempre, nos quedaron a deber en varios casos y con ello abonaron a la desconfianza de la ciudadanía.
5) Otra cuestión llamativa fueron las constantes filtraciones telefónicas que se produjeron a lo largo de las campañas. Algo anda muy mal en el país cuando hasta el teléfono del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, está intervenido y podemos escuchar sus conversaciones privadas sin que haya ninguna consecuencia jurídica. Aunque no lo parezca, las intervenciones telefónicas sin orden judicial son un delito, por lo que deberían ser investigadas y sancionadas. Vale la pena recordarlo, por si la PGR decide algún día salir de su letargo y ponerse a trabajar.
6) Un sexto elemento para reflexionar en el camino hacia 2018: las campañas electorales estuvieron marcadas por durísimas descalificaciones en contra de muchos candidatos. Desde cuestiones referidas a la intimidad conyugal (o extraconyugal) de un candidato en Durango, de vínculos con el narcotráfico de otro candidato en Tamaulipas, hasta acusaciones de pederastia y corrupción en contra de otro más en Veracruz. Abundó la guerra de lodo que siembra muy malos presagios para lo que será una encarnizada batalla por la Presidencia de la República dentro de dos años.
7) Finalmente, vimos otra vez prácticas de acarreo y compra de voto, así como el uso a mansalva de recursos públicos destinados a las campañas. La fiscalización de recursos que hace la autoridad electoral parece un ejercicio de risa frente a las constantes trampas de gobiernos, candidatos y partidos. Ojalá el INE demuestre que sí puede y quiere fiscalizar a fondo. Por ahí podría venir alguna sorpresa en los resultados, si como consecuencia del ejercicio de fiscalización se anula el triunfo de algún candidato.
Como quiera que sea, lo cierto es que vimos otra vez la rutina electoral de los últimos años: las mismas campañas sin propuestas ni ideas, las mismas descalificaciones entre candidatos, la misma mercadotEcnica de bajísimo nivel, la falta de alternativas reales en muchos estados (en los que incluso los candidatos tenían los mismos apellidos y competían contra sus propios familiares), el abstencionismo masivo en la CDMX, etcétera. No cabe duda que nos falta mucho por mejorar. La duda es si la clase política que tenemos puede suministrarnos opciones o si no es capaz más que de generar descontento y apatía. En el 2018 veremos la respuesta.
@MiguelCarbonell