Los vientos de cambio soplaron con fuerza en Tamaulipas. Se hizo efectiva la sentencia “de que se van, se van”. El candidato del Partido Acción Nacional a la gubernatura del estado, JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, se levantó con una rotunda victoria sobre el aspirante priísta, BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, para abrir una nueva página en la historia local tras ocho décadas de predominio tricolor.
Aquel que fue acusado de “delincuente” y de burlarse de la ciudadanía, logró la hazaña de superar todos los señalamientos para culminar en las urnas una carrera que estuvo plagada de ataques desde que fue alcalde de Reynosa. Sencillamente, la ciudadanía le entregó su confianza desdeñando las diatribas en su contra.
Fue esta una elección inédita, en la cual el electorado salió a votar como pocas veces había sucedido. Y la experiencia demuestra que cuando la gente sale a votar el PRI resulta el perdedor, pese a sus estrategias de movilización de militantes.
Y no sólo el PAN ganó la gubernatura, sino la mayoría en el congreso local e importantes municipios donde el fracaso del tricolor parecía imposible, como es el caso de Ciudad Madero y Altamira. Obligado por el frío testimonio de las cifras, BALTAZAR HINOJOSA OCHOA reconoció su derrota y anunció que volverá a su puesto en la Cámara de Diputados para seguir trabajando por el progreso de Tamaulipas. No debe haber sido fácil para el ex-alcalde de Matamoros digerir su derrota, pero la aceptó con valor que debe reconocerse. Desde hace más de diez años, JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA buscaba la candidatura panista al gobierno del estado, pero nunca logró obtenerla y se decía que el PRI metía las manos para evitar que eso sucediera pues lo consideraba un oponente de cuidado. Y fueron tantos los ataques que se le hicieron que la percepción popular fue de que en realidad los tricolores le tenían miedo.
Pero además, el resultado de la elección pone de manifiesto el descontento generalizado por el clima de inseguridad que prevalece en la entidad y la inefectividad de la actual administración estatal para contrarrestarla, pese a los cacareados planes coordinados con el gobierno federal a través del secretario de Gobernación, MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG.
La situación se ve tan desesperante, que hasta BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, en un desesperado intento por convencer a los electores, dijo que él no es EGIDIO, refiriéndose al mandatario en turno, además de deslindarse de TOMÁS YARRINGTON y EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES.
No faltan los que piensan que los ex-gobernadores criticados al igual que EGIDIO, habrían estado tan molestos por el señalamiento peyorativo, que habrían operado en contra de BALTAZAR. Pero independientemente de las circunstancias accesorias, lo cierto es que la mayoría de los tamaulipecos en aptitud de sufragar decidieron ‘poner fin al predominio priísta para darle oportunidad a una fuerza opositora en la conducción del estado y de algunos ayuntamientos’. Más cuando la actual administración encabezada por EGIDIO no respondió a las exigencias populares. E igualmente lo que sucedió en Tamaulipas, Veracruz, Puebla y muchas otras entidades, es una clara reprobación al gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO que ha sido más notorio por los escándalos de corrupción, que por los aciertos en materia económica y el combate a la delincuencia organizada. Y también entre las víctimas de esta debacle electoral se encuentra el soberbio dirigente nacional del PRI, MANLIO FABIO BELTRONES, que se puede ir despidiendo de sus aspiraciones presidenciales.
Y dentro de esa debacle priísta, la maestra MAGDALENA PERAZA GUERRA logró salvar el honor de la coalición PRI-Verde-PANAL en el sur de Tamaulipas, confirmando que es una figura política consolidada por un trabajo incesante de muchos años. Como ella dijo, hace historia al ser la primera mujer en gobernar Tampico y en ser electa por segunda vez, en ambas ocasiones por partidos diferentes.
En honor a la verdad, el panista GERMÁN PACHECO, que no se resigna a su derrota, no tenía la estatura necesaria para enfrentarse a MAGDA, cuya postulación fue criticada por no pocos priístas que ahora tendrán que reconocer que fue la mejor opción. FERNANDO AZCÁRRAGA tendrá que comerse sus palabras. Su triunfo fue producto de un voto cruzado que nunca antes había ocurrido en tierra de jaibas. Por lo pronto ya dijo que trabajará coordinadamente con el próximo gobernador.
Mientras tanto, en Altamira, GRISELDA CARRILLO REYES y el risueño ESTEBAN DE LA PORTILLA FLORES vieron evaporarse sus aspiraciones de llegar a la alcaldía y la diputación local, respectivamente, pese a que realizaron intensas campañas. El efecto CABEZA DE VACA hizo ganar a los panistas LAURA AMPARÁN y CIRO HERNÁNDEZ ARTEAGA.
En Madero, nadie esperaba la derrota del abogado y dirigente de la sección uno del STPRM, HUMBERTO OLIVAS BARREDA, tras de que su gremio había llevado a ESDRAS ROMERO VEGA primero a la alcaldía y luego a la diputación federal. Un empresario, ANDRÉS ZORRILLA y JOAQUÍN HERNÁNDEZ CORREA, le pusieron el cascabel al gato y llegarán al gobierno municipal el primero y a la diputación local el segundo. Los tamaulipecos, a través
de las urnas, dieron un sorpresivo golpe de timón en busca de que el rumbo de la entidad encuentre una nueva dirección, dándole la espalda a un priísmo en el que siempre se veían las mismas caras y que no supo hacer frente a los retos de hoy en día.
