CIUDAD DE MÉXICO.- Un gran número de contratistas han demandado a Donald Trump por falta de pago o incumplimiento del contrato, según dos investigaciones independientes de The Wall Street Journal y otra de USA Today Network.
Conforme a USA Today Network, el virtual nominado republicano fue objeto de más 3 mil 500 demandas por moroso en los últimos 30 años.
Entre los demandantes se encuentran numerosos pequeños empresarios y asalariados, como pintores, fontaneros o camareros.
Sólo para el proyecto del casino Taj Mahal en Atlantic City, los registros de la New Jersey Casino Control Commission de 1990 muestran que al menos 253 subcontratistas no fueron pagados por completo o a tiempo, entre ellos trabajadores que levantaron muros o instalaron candelabros y tuberías.
Uno de los más recientes involucró a una empresa de pintura a la que Trump evitó pagarle 30 mil dólares por trabajos realizados en su club de golf en Doral, Florida, que hasta este año fue sede del Campeonato Mundial de Golf de la PGA, antes de que Trump perdiera los derechos ante el Grupo Salinas de México.
Un juez que analizó la demanda de la empresa ordenó el cierre del club de golf hasta que la empresa sea pagada, pero los abogados del magnate siguen postergando el desenlace con mociones legales.
Según The Wall Street Journal, Trump se justificó al decir que ama contenerse y negociar cuando la gente no hace un buen trabajo.
«Digamos que hacen un trabajo que no es bueno, o un trabajo que no está terminado o un trabajo que está demorado. Haré una deducción de su contrato, por supuesto», señaló el multimillonario.
Varios de sus subordinados explicaron al diario que la forma de operar de Trump no es inusual en la industria de la construcción, donde él forjó su carrera.
«Las consistentes circunstancias de estas demandadas y otras quejas por incumplimiento de pagos, provocan cuestionamientos del juicio de Trump como empresario y como Comandante en Jefe», consideró por su parte USA Today.
«El número de compañías y otros que alegan que no les pagaron, sugiere que las empresas de Trump tienen un mal récord contratando trabajadores y evaluando contratistas, o que los negocios de Trump reniegan de sus contratos, rehusan pagar o cambian los términos del pago», añadió.
Otra de las pequeñas empresas que demandaron a Trump, es la carpintería de Filadelfia de Edward Friel, la cual en la década de los 80 logró un contrato de 400 mil dólares para construir las bases de las máquinas de apuestas en el casino de Trump en Atlantic City, Nueva Jersey.
Concluido el trabajo en 1984, Friel presentó la factura final por 83 mil 600 dólares, pero Trump se rehusó a pagarla bajo el argumento de que había realizado un trabajo de baja calidad.
Aunque la empresa buscó un abogado, éste les aconsejo aceptar la pérdida porque el multimillonario alargaría el caso y saldría más caro el pago de los abogados que la factura pendiente.
En 1989, la empresa tuvo que cerrar, a raíz de ese episodio.
Al igual que la empresa de carpintería, Usa Today documentó casos de meseros o lavaplatos que demandaron a Trump porque no les pagó horas extras por trabajo en algunas de las mansiones del magnate.




