18 diciembre, 2025

18 diciembre, 2025

Los enviados de Beltrones

Catalejos

Un mes antes de que terminaran la campañas locales, tres emisarios de Manlio Fabio Beltrones Rivera aterrizaron en Tamaulipas. Secretarios del Comité Ejecutivo Nacional (CEN),
personajes muy cercanos al dirigente nacional, traían un mensaje directo para Baltazar Hinojosa Ochoa y su equipo.

El encuentro se dio en Matamoros. 

Los funcionarios priistas traían malas noticias: la campaña se había estancado, los números de Francisco Javier García Cabeza de Vaca y de Hinojosa Ochoa ya se habían cruzado; el ascenso del panista parecía imparable y el priista iba a la baja. 

Pusieron números sobre la mesa: la encuesta que tenía en sus manos el mismo Beltrones Rivera ya colocaba a Acción Nacional (PAN) dos puntos por encima del Revolucionario Institucional (PRI). Pero lo preocupante no era tanto la cifra, sino la tendencia que, a mitad de la campaña, se había vuelto muy peligrosa para el partido tricolor.

La instrucción desde la capital era muy sencilla: apretar el paso, endurecer el discurso, redoblar los esfuerzos antes de que García Cabeza de Vaca se escapara definitivamente en
las preferencias.

Esa misma noche, los secretarios entre los cuales no había ningún tamaulipeco, volvieron a la Ciudad de México para explicarle a su jefe que la respuesta del candidato y su equipo más cercano había sido desconcertante, por decir lo menos.

En pocas palabras, los tamaulipecos desestimaron la preocupación del CEN y rebatieron la encuesta con un estudio que ponía a Hinojosa Ochoa 15 puntos arriba de García Cabeza de Vaca, un resultado muy distinto a los que ya manejaban la mayoría de las empresas.

Apenas una semana después, el propio Beltrones Rivera hizo presencia en Tamaulipas. Fue la famosa visita en la que denunció a los tres candidatos de Hidalgo, Villagrán y Mainero.

Sólo él y su círculo más cercano sabrán si la motivación del presidente del CEN para lanzar una ofensiva de ese calado, estuvo relacionada con la respuesta que obtuvieron sus enviados siete días antes.

 En los últimos días se han reproducido innumerables versiones que achacan a la cúpula nacional del PRI e incluso al gobierno del estado, una suerte de abandono de la campaña tamaulipeca. Pero también abundan testimonios que apuntan en dirección contraria.

Es difícil identificar la causa (acaso haya sido la intensidad de la batalla en la competencia interna del PRI por definir a su candidato), pero son muchos quienes comparten la percepción de que la campaña de Hinojosa Ochoa terminó encapsulada. 

Como en una burbuja, sus generales de primera línea o quizá el mismo candidato decidieron cerrar las puertas a otros priistas, que estaban dispuestos a ponerse el overol para hacer operación política.

Toda opinión que viniera de fuera era vista como un ataque.

La prueba más evidente fue la ausencia de figuras como Enrique Cárdenas del Avellano, Marco Antonio Bernal, Alejandro Guevara Cobos o el mismo Alejandro Etienne Llano, quien de alguna forma representa ni más ni menos que al grupo en el poder.

Lo cierto es que si no se les vio activos en la “talacha” electoral no fue porque no quisieran, sino porque no se los pidieron, e incluso en más de una ocasión recibieron respuestas negativas ante el ofrecimiento de apoyo.

Si la lucha priista contra García Cabeza de Vaca siempre fue cuesta arriba, la falta de humildad la convirtió en una misión imposible.

Comentarios: mdominguezf@gmail.com
Twitter: @migueldmz

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