Es una lucha sorda. Y diferente.
No se escuchan los estruendos típicos y apenas se perciben en el exterior los jaloneos clásicos que se dan en esas circunstancias. Es un escenario confuso y complicado en el que se registra algo totalmente inédito en el Estado: No hay dados cargados.
Me refiero a la definición de quien sería responsable de coordinar a la que hoy es la nueva primera fuerza opositora en Tamaulipas: al Partido Revolucionario Institucional. Al relevo de su dirigencia, para ser más claro.
Hay quienes aseguran –y esgrimen argumentos sólidos– que ese cambio no se dará a corto plazo. Afirman que Rafael González Benavides permanecerá en el frágil mando del PRI estatal hasta que las condiciones para el priísmo local sean más apropiadas para ese reemplazo de timón. Tal vez les asista la razón.
Sin embargo, día tras día nombres y apellidos de posibles sucesores del matamorense se siguen cruzando en forma generosa, curiosamente con un común denominador: Sólo se ven varones en el horizonte: Édgar Melhem, Alejandro Etienne, Óscar Almaraz, Enrique Cárdenas o Marco Antonio Bernal, entre los más connotados.
Me parece que en ese sentido, el panorama está incompleto.
En el sur, una figura se mueve con perfil bajo, pero acrecentando en forma cotidiana su poder e influencia política regional. Y sorpresa: no es un hombre.
Se trata de Mercedes del Carmen Guillén Vicente, Paloma para sus amigos y simpatizantes, quien se ha colocado en Tampico y prácticamente en toda esa zona como la heredera natural del poder que detentaban hasta hace poco algunos vetustos clanes familiares, hoy derrotados.
Paloma es hoy en el terreno político sureño la mujer más poderosa, en donde ni siquiera la alcaldesa electa Magdalena Peraza se le equipara. Nadie posee en esas latitudes la dimensión estatal y nacional de la diputada federal, con derecho de picaporte con el Secretario de Gobernación y con su amplia influencia en los círculos eclesiásticos no sólo de Tamaulipas, sino del país. Añada su papel recién jugado como única dama aspirante a la candidatura a gobernador por el PRI y terminará por entender su trascendencia en el escenario tricolor.
¿Por qué entonces no incluirla como prospecto también a capitanear a las huestes priístas en los duros tiempos que se avecinan?
En política parecen ser estos, días de mujeres. Todo indica que una de ellas podría ser el rival más peligroso para el priísmo nacional en la lucha por Los Pinos y no veo por qué no una mano femenina también podría dirigir a las diezmadas fuerzas priístas en el Estado.
Cómo se quiera ver, en México flota en el ambiente un intenso aroma a perfume de mujer. No descarten entonces, a Tamaulipas…
UNA OPINIÓN VALIOSA
En estas horas de confusión para muchos, me permito reproducir una opinión hecha pública en redes sociales y a la cual considero una visión que se debe valorar. Su autora es Sara Puente de Fernández. Con todo respeto la transcribo:
“Se acabaron las especulaciones, Tamaulipas demostró ante todo que es un gran estado capaz de en medio de la adversidad llevar a cabo un proceso limpio y en paz, y esa paz en gran medida se debe a que en mi partido parte de nuestra grandeza es saber aceptar los resultados.
El cambio no lo hace un color, el cambio lo hace la gente, no se puede pedir como sociedad que las cosas sean diferentes mañana, si se continúa haciendo lo mismo que ayer, gracias infinitas a mi partido, del que siempre estaré orgullosa, por darme esta oportunidad de participar en un proceso que nos enseñó tanto.
Desgraciadamente nuestro candidato pagó por errores que no eran suyos. Sigo creyendo firmemente que teníamos en él la mejor opción para Tamaulipas y espero que el entusiasmo que esta demostrando la gente por la alternancia, se refleje no solo en el voto de castigo por un día, sino en el trabajo para sacar a nuestro estado adelante durante los 6 años. ¡A trabajar señores que hay mucho por hacer!…”
Twitter: @LABERINTOS_HOY
