13 diciembre, 2025

13 diciembre, 2025

La reconstrucción del PRI tamaulipeco

El Kiosko

Cuando el Revolucionario Institucional perdió la elección del año 2000, muchos analistas de alto nivel pronosticaron y decretaron el fin, la muerte del partido.

Doce años después, tras el decepcionante paso de Acción Nacional por Los Pinos durante dos sexenios (la memoria es muy corta en un país que desconoce su propia historia y recurre a todo tipo de mitos), el priismo regresó a la presidencia de la república.

En la época en que cada vez es más difícil mantener el poder y más fácil perderlo (tesis de El Fin del Poder, libro escrito por el venezolano Moisés Naím), el tricolor se topó con la realidad de la segunda década del siglo 21: ya no es posible operar un gobierno como se hacía en los tiempos de la ‘Presidencia Imperial’ (concepto del historiador Enrique Krauze), en la centuria pasada.

Si la elección del pasado domingo 5 de junio va a marcar el rumbo de lo que sucederá en la lucha por Los Pinos, todo indica que los priistas volverán a empacar sus maletas y dejarán el poder en las conservadoras manos de la esposa de Felipe Calderón, la señora Margarita Zavala, a fin de impedir la llegada del radical Andrés Manuel López Obrador (un ‘peligro’ para México y, sobre todo, para los intereses de los Estados Unidos).

En ese contexto nacional (e internacional), se inscribirá el proceso de reconstrucción del Revolucionario Institucional en Tamaulipas, un proceso que se pronostica lento, paulatino, desgastante bajo diversos ángulos y escenarios, sin estar ajeno a posibles disputas por el liderazgo estatal y con la aparición de los jefes de plaza o virreyes locales: los presidentes municipales priistas.

Mientras el PAN disfruta las mieles de una arrasadora victoria en las urnas estatales (y nacionales -factor que no se debe perder nunca en cuenta-), el PRI enfrenta desde el pasado lunes el comienzo de un amargo capítulo en su historia política en territorio tamaulipeco.

Con la ausencia de un gobernador de extracción tricolor (el llamado primer priista del estado), el dirigente estatal del priismo tratará de ejercer el rol del jefe político, pero… ante la ausencia de presupuesto su margen de maniobra será limitado. Esa es la realidad.

Buena parte del poder político real que ejercerá el PRI desde la oposición va a radicar en los alcaldes de extracción priista (aquellos que lograron ganar el 5 de junio), en particular tres de ellos:

– Oscar Almaraz Smer, de Ciudad Victoria. Sin duda, con edad, conocimiento y trayectoria que lo puede conducir, en un futuro, hacia metas mayores.

– Magdalena Peraza Guerra, de Tampico. Sin ser militante del priismo, su voz se traducirá en decisiones al interior de partido en el ámbito local.

– Jesús de la Garza Díaz del Guante, de Matamoros. Aunque muchos lo califiquen como un político de carácter y perfil débil, contará con algo que escaseará en la tribu tricolor en los años por venir: presupuesto. Y los recursos, aunque sean limitados, se convierten en factor.

Además, será factor de poder en la vida interna priista quien asuma la coordinación de la fracción parlamentaria del partido en el Congreso del Estado. Ahí, todo pintaría a favor de Alejandro Etienne Llano, pero… no se descarta botín abordo. Recuerden: ya no habrá ‘primer priista del estado’. Más de uno, se va a rebelar bajo el amparo de un sector, de una organización o de un grupo.

Aún así, a pesar de todo, la reconstrucción del PRI en Tamaulipas deberá pasar por manos de la futura dirigencia del otrora ‘invencible’. Desde ahí se tenderán los puentes con alcaldes y diputados, así como con los diversos grupos, en el intento por reconstruir el partido.

¿Quién puede ser el próximo presidente estatal del Revolucionario Institucional? Varios analistas manejan el nombre de Edgar Melhem Salinas, actual diputado federal y ex delegado federal de la Sedesol en el estado.

Sin duda, Edgar Melhem es una de las figuras relevantes para tomar las riendas del priismo. Si lo hace, tendrá que hacer un sacrificio: deberá dejar la aspiración de ir en busca de la candidatura al Senado.

Quienes aspiren a ser senadores también contarán con voz debido a su evidente liderazgo: Paloma Guillén Vicente, Marco Antonio Bernal, Alejandro Guevara Cobos, Ramiro Ramos Salinas y Enrique Cárdenas del Avellano. Todos ellos quisieron la nominación a la gubernatura, pero la candidatura se la llevó Baltazar Hinojosa (que también deberá tener su ‘corazoncito’ puesto en una senaduría).

Así las cosas, la reconstrucción del PRI en Tamaulipas no será cosa sencilla, ni una tarea que se realice de la noche a la mañana. Todo lo contrario: será un proceso lento y desgastante, con múltiples trampas y obstáculos, en especial si la elección presidencial de 2018 significa una nueva derrota para el Revolucionario Institucional.

Ese es el peor de los escenarios para el priismo tamaulipeco… y es un escenario muy factible.

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